El Partido Conservador de la primera ministra Theresa May fracasa en su pretensión de aumentar su mayoría absoluta, perdiéndola.
Los habitantes de Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte no están especialmente acostumbrados a los parlamentos con mayoría simple; por la falta de disciplina de voto fuerte dentro de los partidos, ni siquiera les gusta tener mayorías absolutas «bajas». May apostó por unas elecciones anticipadas para fortalecer su posición dentro del parlamento británico, a fin de negociar mejor el Brexit con la UE, y aprovechar el pésimo momento de un partido Laborista que remontó espectacularmente. El sistema mayoritario tiene estas cosas, permite mejorar en votos pero perder escaños sin mucho problema, o lo contrario, incluso. [Continúa leyendo en Elecciones – De Igual a Igual].