El ejecutivo por fin salió de sus propias contradicciones para plantear una reforma constitucional al Congreso que permitiría el adelanto electoral a octubre de este año. ¿Qué hizo el Congreso? Bloqueó el debate de dicha reforma hasta el 27 de julio. ¿Cómo? Un congresista de AP comentó que no se puede debatir una propuesta que es «idéntica» a otra ya rechazada hasta la siguiente legislatura, salvo que la comisión votara favorablemente la mayoría absoluta de dicha comisión. Así pues, Acción Popular junto con Avanza País presentaron la cuestión de orden. ¿Qué pasó? Que no se llegó a los 14 votos requeridos, de hecho, hubo más votos a favor de aplicar esta restricción que de debatir el proyecto (11 votos contra 10 y 1 abstención).
Los votos a favor de postergar el debate del proyecto del ejecutivo hasta julio provinieron de Alianza por el Progreso, Perú Libre, Acción Popular, Avanza País, Renovación Popular y Podemos Perú. No es nada extraordinario el volver a debatir proyectos similares, simplemente se requiere un mayor apoyo y esta vez el Congreso cerró esta vía.
Los organismos electorales y vinculados a las elecciones estaban preparados para este adelanto electoral, pedido en las calles de todo el Perú, así, JNE, ONPE y Reniec presentaron un cronograma acorde con el proyecto del ejecutivo que permitiría garantizar los plazos y unas elecciones limpias. Pero el proyecto se archivó por una cuestión formal que la propia Comisión podía superar y, además, un formalismo que está en el Reglamento, no en la Constitución.
Previamente, el Congreso ya había adelantado las elecciones para 2024, pero ante las urgencias de las calles, se amplió la legislatura actual para reconsiderar los votos y los plazos, bueno, hasta ahí un gesto que podía servir de algo… si es que se ponían de acuerdo, cosa que no pasó. Se presentaron distintos proyectos y acá se comenzaron a enconar posturas que convergían solo en negar la posibilidad del adelanto de elecciones. Si condicionas el adelanto a tu agenda, sean las reformas que propones, sea una constituyente o el punto intermedio de un referendo preguntando por la constituyente, lo que alejas es el único punto en común: adelantar los comicios. (Bueno, el más común de los puntos, que Renovación Popular sigue diciendo que este Congreso debe continuar hasta 2026).
Muchos congresistas lo que buscan es que sean unas elecciones complementarias (esto es, se elegiría un nuevo congreso para lo que resta hasta el 2026), con lo que podrían volver a presentarse (recordemos que en Perú no hay reelección inmediata de nada, ni siquiera de congresistas); una de las bancadas insiste en que el desorden de las calles es problema del ejecutivo, que el Congreso debe mantener su funcionamiento normal. Esa bancada no entiende lo que está pasando en Perú, sigue terruqueando a toda persona que protesta y se mantiene en sus trece en no querer ver que el reclamo es «que se vayan todos», eso incluye al ejecutivo y al legislativo. En todo caso, son las bancadas de las derechas las más cercanas a repetir comicios pero como complementarias, eso no salió bien con Vizcarra pero es una posibilidad, claro.
Otras bancadas, contando la que antes era de Boluarte (a quien llaman traidora) y sigue apoyando a Castillo (aunque lo expulsaran del partido, qué cosas veredes), quieren que se incluya la constituyente a toda costa; coinciden, en realidad, con las principales bancadas de las derechas en que no vale solo con convocar nuevas elecciones, que tienen que venir con cambios; las derechas hablan de reformas institucionales (entre otras, de la ONPE y JNE, a quienes siguen acusando de fraude en la elección de Castillo, todo sea dicho) y las izquierdas de la constituyente, el problema es que unos quieren reformas «antes» de las elecciones y los otros «tras» las elecciones.
Lo peor de todo es que, finalmente, el hemiciclo debatió y votó en contra de un texto de consenso salido de la Comisión de Constitución para adelantar las elecciones, solo obtuvo 54 a favor frente a los 68 en contra y las 2 abstenciones. Se habían puesto de acuerdo en un texto y solo algunas bancadas lo habían rechazado plenamente, pero a la hora de la verdad, solo APP votó en bloque a favor. Recordemos acá que se necesitan 87 votos en dos legislaturas o 66 en una más referendo para hacer la reforma constitucional que permitía este adelanto electoral, y se obtuvo, simplemente, un voto masivo en contra.
PL pidió que se tomara en consideración un adelanto de elecciones (a Julio, ahí sí iríamos con plazos muy justos) que se hiciera conjuntamente con un referendo preguntando si se quería una asamblea constituyente, lo que ya rebajaba mucho su petición inicial de que el próximo Congreso fuera un órgano especial y constituyente. En otras palabras, se incorporaba la opción de preguntar al pueblo si quería o no una Constituyente, si quería, sería el Congreso y el ejecutivo recién elegido quien tendría que ver cómo se realizaría dicha Asamblea Constituyente (entre otras cosas, se tendría que reformar la Constitución), pero es el resultado de la consulta la que marcaría esa hoja de ruta. No incluía una convocatoria automática de una constituyente ni va contra la Constitución preguntar ese tipo de cosas (¡justo se pregunta para saber en qué sentido realizar reformas!).
En cualquier caso, la mayoría de bancadas votaron en contra (y en las que se devidió más el voto, la mayoría de la bancada en contra), así que esa petición de adelanto más referendo quedó denegado tras solo obtener 48 votos a favor y 75 en contra, con 1 abstención.
Tengo serias dudas sobre la utilidad de una constituyente en el clima político actual, máxime viendo cómo no son capaces de dar una respuesta política a la crisis actual y con una división en cosas absolutamente básicas entre bancadas que cuentan con muy poco apoyo popular (todas ellas, ninguna se salva; la más grande en este momento es la fujimorista y tiene 24 integrantes de 130), pero creo que «preguntar» en un referendo celebrado conjuntamente con el adelanto electoral es una muy buena vía para poder dar trámite a una petición que sí está en las calles sería mediante un referendo. Negar la posibilidad de preguntar con un argumento de que eso sería antidemocrático no solo es absurdo, sino que daña la posible salida a la crisis, pues directamente niegas el posible diálogo en uno de los puntos claves de la protesta popular. Además, estoy bastante seguro que saldría que «no» (porque también hay mucha ciudadanía que se apone a una «constituyente»).
Cuando desde el Congreso se reclama la responsabilidad política del ejecutivo, afeando que este no se debería quedar hasta el 2026, vamos a comenzar reconociendo que su postura ambigua no ayudó, pero también que su propio proyecto de adelanto incluía el final del periodo presidencial (vamos, esa demanda sí la cubrían); y el adelanto electoral en la reconsideración del Congreso también llamaba a elecciones presidenciales y este no tuvo el apoyo del hemiciclo, que el adelanto de PL también incluía el final del ejecutivo y se votó masivamente en contra; quiero decir, la responsabilidad política de la presidenta y su ejecutivo está en manos del legislativo y su negativa de adelanto electoral no hace más que impedir dicha responsabilidad.