Segunda publicación de la minisaga sobre la reforma laboral.
Uno de los principales caballos de batalla contra la reforma fue el coste del despido; se pasó de 45 días por año de servicio con un tope de 42 mensualidades a 33 días por año de servicio con un tope de 24 mensualidades. ¿Es tan importante esto?
Voy a poner un caso con dos tiempos: Manolita cobra mil euros al mes (14 mil al año) y ha trabajado 22 años. Digamos que la contrataron en marzo de 2012 y la despiden en 2034. Le corresponderían 28 000 euros de indemnización (33 por 22 es igual a 726 días; el límite son 720 días –los meses siempre se cuentan de 30 días para estas cosas–); si no existiera la reforma de 2012, su indemnización sería de 38 500 euros. Pero me he ido al máximo; pongamos que Manolita solo lleva 4 años de trabajo: con la reforma que abarata el despido, le corresponde una indemnización de 5133,33 euros; sin esa reforma, su indemnización sería de 7000 euros.
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