A vueltas con la segunda en Francia

Existe cierta obsesión por parte de determinados medios (o los dueños de esos medios) para señalar a cierta izquierda institucional como la culpable de todo, sea por acción u omisión. Resulta al menos «curioso» cuando, en la gran mayoría de los casos, ni gobierna ni está cerca de hacerlo. Incluso es «culpable» de querer llegar al objetivo que tienen todos los partidos: gobernar. Ser la primera fuerza política. En el caso francés veo que se pone mucho énfasis en lo que dice y hace La France Insoumise, plataforma que quedó cuarta en los comicios. Se nos dice, con aire acusador, que Mélechon guarda silencio y que dos tercios de sus militantes se quedarán en casa mientras que solo un tercio votará por el candidato derechista Macron, con lo que serían responsables de no parar a la ultraderechista Le Pen.

Lo primero: una consulta entre la militancia en que, a la postre, se sabe que no dará el triunfo a Le Pen no puede ser leída como una fuga de votos hacia la candidata ultraderechista. Quiero decir, si dos tercios de los votantes de Insoumise lo hacen en blanco o no votan y un tercio votan por Macron, solo con eso, la diferencia entre el candidato de derechas bajo la marca de En Marche! aumenta a más de tres millones sobre la candidata de extrema derecha Le Pen del Front national. Ni siquiera se destaca que en dicha consulta no había opción «Le Pen», estaba excluida esa posibilidad; esto es, o la izquierda apoyaba a Macron o a nadie. Además, este resultado solo muestra a parte de la militancia votando (250 mil de 400 mil), no habla del comportamiento posible de sus votantes. La nota enlazada sí nos incluye otra fuente de información:

«Según un sondeo publicado este martes, un 52% de los votantes de Mélenchon en la primera vuelta apostará por Macron. Un 31% se abstendrá o votará en blanco, mientras que el 17% restante dará su voto a Le Pen.»

Ese 17% (en otras encuestas el 12%, otras lo elevan hasta el 23%) me parece una burrada de voto que salta de una coalición de izquierdas a una de ultraderecha (debemos tener en cuenta que Macron defiende políticas realmente similares a las denunciadas por Insoumise), pero en el fondo están diciendo que la mayoría del voto de Mélenchon se irá a Macron, como pasará con el PS y LR, seguramente. Esto es, los votos de Insoumise, en el peor de los casos, irán a favor de Macron o no le harán daño. Insoumise no será «responsable» del aumento de papeletas en favor de Le Pen. Me pregunto qué se diría si Mélenchon apoyara directamente a Macron y qué reacción generaría en los votantes de LR (sobre todo).

En España se insiste mucho en que los distintos miembros de Unidos Podemos se pronuncien, que si Iglesias (Podemos) guarda silencio, que si es mejor no repetir lo que dijo Garzón (IU; que se mostró claro al apoyar a cualquiera que no sea fascista, incluso a Macron) y volver a recordar el silencio de Podemos…

Lo segundo: es cierto que el candidato de la derechista Les Républicains, François Fillon, apoyó de forma clara a Macron, al igual que el fracasado candidato Benoît Hamon del socialdemócrata Parti socialiste, pero no es menos cierto que entre los votantes de Les Républicains habrá un mayor trasvase de votos a Le Pen que entre los votantes de Insoumise, no solo por la mayor cercanía ideológica, sino porque en parte ya pasó para esta primera vuelta (quiero decir, los problemas de Fillon hicieron que su candidatura se desinflara, y crecieron tanto las de Le Pen como Macron). De hecho, unas encuestas que dicen que el 19% de los votantes de Insoumise votarán por Le Pen nos cuentan que el 33% de los votantes de Fillon irán a la candidata fascista (frente a un 31% que iría a Macron; en otras encuestas el voto a Le Pen se queda en el 30% y a Macron iría el 45%). Esto es, parece que el mayor crecimiento de voto de Le Pen se deberá a LR. De hecho, el apoyo de Fillon a Macron no ha sido aceptado por todo su partido. Aún así, los medios señalan a Mélenchon. Tampoco podemos obviar que Nicolas Dupont-Aignan (de Debout la France, sexto lugar en la primera vuelta, con 1,6 millones de votos; en su momento, él fue parte de UMP) apoya claramente a Le Pen.

Si existe un cierto temor a que el fascismo triunfe en Francia, por favor, dejen de señalar a fuerzas antifascistas y fíjense más en los entornos ideológicos próximos, conservadores que nunca hicieron especial asco a las posiciones de Le Pen en temas como la inmigración. Si el fascismo y el nacionalismo van teniendo alas, no es culpa de una izquierda que no gobierna, de una izquierda que no tiene acceso a los medios de comunicación, sino de unas instituciones, de un gobierno, de unos medios de comunicación que por activa o pasiva terminan incentivando, alimentando, ese fascismo.

Parece que ciertos medios y desde ciertas instancias se quiere señalar a la izquierda por el auge de la ultraderecha para, justamente, causar miedo entre los votantes de izquierdas: miren cómo esos son iguales que los desagradables ultraderechistas, parecen concluir, cuando las encuestas y la realidad electoral nos indican que a la ultraderecha la alimentan las políticas más rancias de la propia derecha, por eso el 33% de los votantes de LR se irá con Le Pen, más de los que aceptan a un exPS como presidente. Por eso Le Pen, además, puede sin despeinarse plagiar a Fillon.

Sí, desde la izquierda, las izquierdas, debemos reflexionar y realizar una fuerte autocrítica en todo lo que está ocurriendo: ¿cómo es posible que los obreros voten soluciones de ultraderecha (o, siquiera, de derecha)? ¿Qué estamos haciendo tan mal para que no consigamos romper el techo de cristal que nos impide gobernar con programas de izquierdas? ¿Por qué en cuanto podemos ocultamos la mano? ¿Por qué hemos perdido la calle? Y mil más; pero no se nos puede acusar de alimentar a la extrema derecha. No como y por las razones que se hace.

Excurso: me robo las palabras de Yanis Varoufakis sobre esta segunda vuelta: «Me niego a formar parte de una generación de progresistas europeos que habrían podido impedir a Le Pen ganar la presidencia de Francia pero no lo hicieron».

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