Será que no me meto (demasiado… o creo que no lo hago) con sus cosas, así que me resulta molesto cuando desde otros ámbitos ideológicos se «pide» una «izquierda moderna»; más cuando los requisitos para la misma significan, en el fondo, no ser izquierda. Esto lo digo en gran medida sin ánimo de «repartir carnés de izquierdistas», lo pongo de manifiesto, dentro de las múltiples izquierdas, porque normalmente a esa descripción abstracta de lo que debemos defender se le suele llamar «centroizquierda» e, incluso, dentro de ella nos encontraríamos en el «ala derecha de la centroizquierda». Y no rechazo que se nos critique, por supuesto que no (¡nos viene bien, incluso!), lo que me desespera son los consejos que te llevan a la tumba ideológica desde una superioridad moral absurda.