Estos días se han ido juntando los temas, uno detrás de otro, pero no siempre con «entidad» suficiente (de mi parte, no por el tema en sí). Intentaré ser breve, incluso con los más novedosos.
El triste final de la primavera árabe en Egipto
No solo en Egipto terminó mal, pero fue uno de los puntales en todo esto. Esos periodistas condenados por «apoyar a los Hermanos Musulmanes» (organización declarada terrorista tras el golpe de Estado; no son, claro, los primeros represaliados, ni serán los últimos) que no ha levantado gran queja por los gobiernos occidentales que, a su vez, mantienen su apoyo a Abdel Fattah el-Sisi (sí, el que dio el golpe de Estado contra Morsi y ganó unas nada limpias elecciones hace un mes). Y ese es el tema, al imperialismo occidental le importa tres cominos si en Egipto hay o no hay respeto alguno por los derechos humanos, si hay o no hay democracia, lo único que les importa es que quien gobierne sea amigo suyo. Lo único que diferencia a Sisi de Mubarak es que el segundo al menos no dirigió un golpe contra el gobierno del que formaba parte.