Lo que normalmente es un trámite se ha convertido en una nueva crisis del gobierno de Ollanta Humala. Ni en primera ni en segunda votación el nuevo gabinete consiguió el voto de confianza por parte del Congreso. Mientras el presidente de la república juega la carta «díganme amén a todo para que el país avance» -típica salida tangencial- los ministros han obrado como se espera en un caso así, poniendo el cargo a disposición del Jefe del Estado.