No sé si esto valdría como actualización de la otra entrada sobre el tema, o es más bien una «continuación». La congresista Chávez anda indignada porque le llaman negacionista, a la par que dice que no lo es, confunde el significado del término y saca cosas de quicio -o entra en Modo Humpty Dumpty de Lewis Carroll-; mientras tanto, la Oficialía Mayor del Congreso dice que no hubo cuórum en la designación de Chávez, con lo cual su nombramiento no es válido.
Martha Chávez, que tendrá que organizar el sarao del grupo -al que ya pertenecía; siendo, además, secretaria de la Comisión de Justicia y DD.HH.- que tendrá que elegir coordinador/a, vuelve con las mismas consignas de siempre: los de la Cantuta eran terroristas -mentiras y más mentiras, de todas maneras, si se defiende el Estado de Derecho hay que condenar todo ajusticiamiento, no aplaudirlo como hache Chávez-; los Colina se tomaron la justicia por su mano y es entendible -los justifica, también deja caer que no tenían nada que ver con la organización del ejército, cuando el caso de La Cantuta es un claro ejemplo de funcionamiento coordinado entre los Colina y las bases militares-; Fujimori respetó los DD.HH. -sus condenas, las matanzas, las torturas, contando la de su exmujer, no existen, tampoco existieron todas esas leyes para garantizar la inmunidad de los perpetradores de crímenes contra la humanidad-…
Junto con sus desvaríos habituales, otro común del repertorio: Perú se tiene que salir de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Porque está llena de rojos -lo dice sin decirlo, al indicar que «está capturada por una ideología»-. Ajá. Claro. Eso debe ser. Recuerda, ahí, que EE.UU. no reconoce la corte, bueno, Estados Unidos es un país que vulnera sistemáticamente los DD.HH. tanto dentro como fuera, que tiene desde Guantánamo hasta espionaje masivo en los países aliados -la privacidad no existe para ellos-, que monta guerras con y donde les da la regalada gana. En tema de DD.HH. a mí no me gustaría que Perú se pareciera a EE.UU., la verdad.
Chávez dice que no es negacionista, pero a su vez niega reiteradamente la evidencia de que durante el fujimorismo se violaron sistemáticamente los DD.HH. de todo el que se opusiera a su líder -algunos casos no solo dice que no fue violación de DD.HH., sino que los justifica; niega, además, que determinadas personas tengan DD.HH. -como los que ella señala como terroristas, esos no tienen derechos, ha dicho más de una vez-, niega que Perú deba pertenecer a la Corte Interamericana, que es el único instrumento internacional que hoy por hoy tiene capacidad de proteger a los peruanos frente a su propio Estado… Vamos, que se dedica a negar las atrocidades y con ello los DD.HH. en todo su sentido. Eso es ser negacionista, ella lo es.