California (una de las potencias económicas del mundo si la consideramos independiente del resto de Estados Unidos) sigue con la administración quebrada, y la opción de cobrar impuestos a la Marihuana, legalizándola, como solución a la crisis, no prosperó en las urnas. El gobierno federal de Estados Unidos fue el primero en poner trabas a lo que aun era propuesta: Sea lo que sea lo que vote el pueblo californiano, la ley federal contra el narcotráfico impediría una regulación estatal como la contenida en la «Proposition 19». La legislación sometida a referendo (y no aceptada el pasado 2 de noviembre) básicamente proponía la legalización total en el uso personal hasta de minicultivos (superficie de hasta 2,3 metros cuadrados) para mayores de 21 años (como otras drogas, como puede ser el alcohol) y permisos al gobierno local para que «regule» toda la actividad de comercio (desde los horarios hasta los establecimientos en que se pueda vender la marihuana y, por supuesto, los impuestos y tasas a cobrar por dicha actividad).
Realmente la Propuesta 19 (que no 24) llegó hasta donde llegó por un problema económico. No era tanto un tema de libertades civiles (aunque esto lo sea para quienes la impulsaron, como el propio Richard Lee) sino uno fiscal (y de ahí se entiende que un gobierno que no lo veía con buenos ojos al comienzo, tras la explosión de la crisis ya no le pareciera tan descabellado el tema), y de ahí que hasta los que la promovían pusieron el tema económico como central, y tendieron puentes ante lo que ocurre con la marihuana regulada para uso medicinal (algo que ya pasa en muchos estados y que reporta buenos ingresos para sus arcas públicas, y para los comerciantes, claro), en este apartado primaban dos aspectos:
- Lo que se ahorrará en perseguir, procesar, condenar y mantener en prisión a las mafias y demás del narcotráfico de marihuana (es discutible que el ahorro sea de varias decenas de millones de dólares, es difícil pensar que los narcotraficantes no se reconvertirán a otras drogas o mantendrán la marihuana entre sus productos -a menor coste que las «legales», esto sin negar, por supuesto, el ahorro que sí podría suponer la medida en sí misma sobre todo de cara a los consumidores procesados -y no tanto a los vendedores irregulares-).
- Los impuestos que se podrían ingresar. La propia propuesta habla de un «potencial desconocido» y tienen mucha razón, todo lo que pase por regular cualquier droga puede traer muchísimo dinero al Estado y a los partidos (ejemplos son muchos y buenos, alcohol, tabaco, fármacos -sobre todo los que menos contenido «medicinal» tienen-), y dinero es lo que necesita un Estado quebrado (que ha castigado a los republicanos y ha elegido un gobernador demócrata). Son actividades, además, que pueden tener impuestos que doblen o tripliquen el costo del producto y el mismo se seguirá adquiriendo, y sin dudas no se puede argumentar (como se hace con otros productos) su necesidad para gozar de impuestos bajos.
La mayoría de encuestas daban o empate técnico o un apoyo al Sí hasta finales de septiembre, algo cambió (y aunque seguí la noticia no termino de ver qué cambió realmente, ¿la movilización de los pro-No? ¿terminó calando el argumento de «volverá drogatas a todos los californianos»? ¿Los pro-Sí estaban fumados y ya ni contestaban a las encuestas o no se movilizaban?), lo que vale es la votación final donde el 46,1% de los votantes dijo «SÍ» (3 443 358 votos) y el 53,9% marcó «No» (4 014 580 votos), que se traduce, además, en 11 condados donde ganó el «Sí» (en algunos, como San Francisco, no solo ganó, sino que arrasó, con el 64,3%) y 47 donde triunfó el «No».
Así que por segunda vez una Propuesta 19 para legalizar el cannabis (como curiosidad, en el 79 se votó una propuesta en este mismo sentido que llevaba también el número 19) es derrotada en las urnas, por menos que la vez anterior, eso sí, pero aun lejos de tener un apoyo lo suficientemente mayoritario por parte de los (pocos) votantes (California tiene casi 37 millones de habitantes, para estas elecciones tenían 17,3 millones registrados para poder votar, y la Propuesta 19 solo la votaron 7,45 millones -unas elecciones con una participación del 44% de los registrados-).
Además de muchos cargos públicos y representantes, se votaron 9 propuestas de ley, la acá comentada y otras ocho, de temas de lo más diversos.