Lo mínimo que uno espera del Estado es que sea capaz de cubrir las necesidades más básicas de la población. Lo mínimo que uno espera de un partido que pertenece a la Internacional Socialista es que defienda un Estado de Bienestar en el cual la solidaridad sea uno de los tres pilares del mismo. Lo último que uno desea es que el Estado mendigue la caridad de sus ciudadanos para que estos, mediante aportes voluntarios, cubran la carencia de infraestructura y servicios del Estado, y esto es lo que hoy pasa.
La iniciativa caritativa
Es innegable el buen trabajo que se realiza en la Clínica San Juan de Dios, cómo en ella se cubre un servicio sanitario en favor de los menores y menos protegidos en nuestra sociedad. Además, todos sabemos, una clínica de esas características no es (ni debe ser) un negocio, es más bien un «agujero negro», así pues, quienes promueven la clínica necesitan del aporte voluntario de los ciudadanos, necesitan de la caridad, para funcionar.
Hasta ahí todo perfecto, que se facilite las donaciones a (la caridad hacia) la clínica es de justicia, lo mínimo es facilitar que organizaciones como las que promueven proyectos como la citada clínica puedan recibir, en las mejores condiciones, el apoyo económico de otras personas (físicas o jurídicas) y a estas también facilitarles dicha muestra caritativa. (En este momento aparco las críticas a la administración de la Clínica, esperando que los echen a todos y contraten buenos administradores ante el posible ingreso de unos tres millones de soles.)
El Estado y la dejación de sus funciones
La utilización por parte del gobierno de García de este evento tiene una clara doble lectura: Por una parte, vemos que el presidente quiere ganar popularidad apoyando una causa históricamente tomada como importante, cuyo Teletón suele tener un impacto importante al menos en presencia en los medios y bien visto que está por los ciudadanos; Por otra parte, que García apoye tan fuertemente la iniciativa nos deja ver que el gobierno no piensa asumir las funciones más básicas, y que prefiere que la Iglesia se encargue de la clínica antes de poner la maquinaria del Estado a funcionar, esto es, prefiere que la caridad intente garantizar la salud de los menores antes de que el Estado funcione y garantice, de forma efectiva, las condiciones médicas mínimas de esos menores (y del resto de la población).
Como digo, una cosa es que el presidente, tanto como mandatario del país como ciudadano del mismo, apoye la clínica y el trabajo que en ella se realiza y otra, totalmente distinta, es la implicación personal en el proyecto, y que sea el Palacio desde donde se recaude el dinero y que García haya llamado, al parecer, a distintos empresarios para asegurar una donación «pequeña»…
La situación es la siguiente: El Estado no cubre unas necesidades básicas sanitarias que son tomadas, a falta de Estado, por iniciativas como la Clínica San Juan de Dios y otras. El presidente del Gobierno viendo que necesita aumentar su popularidad, en vez de plantear un proyecto serio o de colaboración real con la clínica o de creación, dentro de la red sanitaria peruana, de un espacio para cubrir la falta de oferta médica a un grupo desatendido de menores, decide apoyar un acto para recaudar fondos de una entidad privada.
El poder público NO PUEDE pedir caridad a los ciudadanos, debe plantear sistemas de solidaridad dentro de proyectos colectivos, eso es la sanidad pública universal, y es ahí donde el Estado debe poner sus fuerzas, no organizando o ayudando a organizar actos en que se mendigan donaciones para que unos niños no se queden en la calle, y esto al margen, como digo, de otras fórmulas de colaboración más responsables.
Es triste que la Clínica San Juan de Dios sea casi indispensable, y lo es no por ellos, que presumo que lo hacen con toda la buena intención y su mejor hacer (al margen de su Consejo de Administración), es triste porque significa que el Estado no está haciendo su trabajo. Y lo peor es que sale García y en vez de asumir el reto y hacer su trabajo, portarse como lo que se supone que es el APRA, prefiere apoyar la mendicidad caritativa y lo hace ni siquiera por los niños, sino para aumentar su popularidad.
La verdad es que espero que el Teletón salga bien y el proyecto de la Clínica siga en pie, pero una cosa es apoyar ese proyecto y otra muy distinta es olvidar que su misma existencia nos recuerda el mal hacer del Estado y la falta de una Sanidad Pública eficiente y universal.
Y donde hablo de la clínica podemos poner cualquier proyecto educativo y sanitario (como poco) realizado por cualquier organización no gubernamental, sea religiosa o laica.
Completemente de acuerdo, lo que podria hacer es en todo caso, decir «te dejo una partida fija de X anuales» que si con suerte cubre el 10% del presupuesto de la Clinica, pues bestial significaria que el Estado reconoce que no puede (de momento) hacer su funcion, pero que igual tampoco se queda al margen en algo que (tradicionalmente) ha funcionado bien.
Otro si digo que si Alan quiere donar algo puntual con su sueldo, pues tambien ok, pero la figura de centralizar en Palacio las donaciones… como que no, como bien apuntas. Que yo recuerde con todo lo mediatico que era el «hermanon», no uso a la Municipalidad para centralizar la Teleton que hubo durante su gestion.