Lo que Alan dijo: «¿Por qué nuestro Parlamento no establece, de una buena vez, una legislación de emergencia que permita dar títulos a todos los peruanos?». Lo que quiso decir: «¿Por qué el parlamento no da títulos a los peruanos para que estos puedan revender las tierras sin consenso a las transnacionales?». Porque hay que fastidiarse que justo sea Alan, promotor de los infumables decretos que iban en contra de la propiedad comunal para favorecer la enajenación de las tierras en favor de mineras y demás empresas que la están sacando barata en Perú, el que hable de títulos a todos los peruanos.
El presidente del Perú, Alan García Pérez, arremetió con todo y contra todos usando su principal arma: La demagogia. No solo mintió descaradamente durante su discurso del Día del Dirigente Popular (entre todos los temas absurdos que puede tratar el parlamento en un año, justo da ejemplos que NO se han tratado, hay que fastidiarse). Esta vez la demagogia la endulzó con racismo del peor, de ese que tanto ha criticado en dirigentes como Humala, cuando reivindicó al verdadero peruano como el cobrizo.
Supongo que García no se da cuenta que, en teoría, su partido es de izquierdas (centro izquierda, y por algo está en la Internacional Socialista), él es recontra pituco (aunque se crea popular, no lo es, hacer el ridículo bailando un reggaton o una cumbia no es ser popular ni del pueblo) y encima de todo, es blanco. Bien blanco. Así que García se ha autorretratado como lo que no le gusta en el Perú, amén a las menciones que ha hecho a la corrupción de otros, que son meros reflejos de la propia.
¿Solucionarán algo los títulos de propiedad para los peruanos sumidos en la pobreza? Poca cosa. Aun es necesaria una reforma agraria en profundidad (no tan mal como la intentada por Velasco ni la planteada por Belaúnde, boicoteada, recordemos, por la alianza entre el APRA y los seguidores de Odría), no simplemente repartir unos cuantos papelitos, y menos en el clima actual de desestructuración de las comunidades andinas y selváticas emprendido por Alan García (tiene mucha desvergüenza este sujeto al hablar en el día de los Dirigentes Populares, teniendo en cuenta la criminalización que se cierne sobre los mismos desde el poder público), en las que, como ya he dicho, se facilita que dejen de ser propietarios comunales de sus tierras.
Unas respuestas tentativas a las preguntas y afirmaciones retóricas y demagógicas de García:
“¿Qué hace el Parlamento para hacer respetar esos derechos (a la propiedad)?
Básicamente no es un tema del parlamento, ellos hacen unas leyes y son otros las que las ejecutan, si la propiedad privada de unos sujetos no se está cumpliendo, quien debe decidirlo son los juzgados, y quien ejecuta las leyes es el poder comandado por García. ¿Qué hacen esos dos poderes para respetar esos derechos?
¿Por qué han hecho una Constitución que solo les sirve a los que creen tener propiedades de hace siglos para enfrentarse a los pobres del Perú?
Ellos han, me encanta cómo se desvincula tanto del tema constitucional, más aun, teniendo en cuenta las profundas semejanzas entre la constitución del 93 y la del 79, propulsada por el propio APRA. La constitución en el Perú, en cuanto a derechos, es papel mojado. Eso no es nuevo. ¿Qué hace el parlamento? Legisla, sobre todo a órdenes del ejecutivo. ¿Qué hace el ejecutivo para luchar contra la pobreza? Sobre todo teniendo en cuenta las atribuciones legislativas de hace poco. Alan no debe preguntar qué hacen otros por los pobres del Perú, debe preguntar qué hace él y si el modelo neoliberal que mantiene vivo es el adecuado para luchar contra la pobreza.
¿Por qué nuestro Parlamento no establece, de una buena vez, una legislación de emergencia que permita dar títulos a todos los peruanos?
¡Corra a proponer eso! ¿¡Por qué no lo hizo cuando pudo!? ¿¡Por qué no lo hace mediante decreto ley!? ¡Cuanta demagogia! De todas formas, repartir las tierras de peruanas en parcelas individuales no solucionaría absolutamente nada, como ya dije más arriba. Es necesaria toda una reestructuración del campo, y con dar un papel a una persona no se avanza a ninguna parte.
¿Por qué el Congreso pierde su tiempo en vez de defender a los millones de peruanos que no tienen títulos porque están perdidos los expedientes en jueces que muchas veces son corruptos y porque el pobre no tiene dinero para comprar esa conciencia?
¿Desde cuando es el Congreso el que lidera la lucha anticorrupción? ¿Qué clase de potestad jurisdiccional y sancionadora tiene el Congreso en este tema? ¡¡Ordene a los fiscales a ponerse manos a la obra para acabar con los jueces corruptos en el país!! Eso sería una gran noticia la verdad. Millones de peruanos que no tienen títulos porque sus casos están perdidos o en manos de jueces corruptos. Millones. ¿No les suena exagerado? El tema de la corrupción es importante, en el Perú la Justicia es de pago (generalizo malamente), pero no es el Congreso al órgano que el Señor García se debe dirigir para soltar tamaña denuncia, y menos cuando es su gobierno esencialmente corrupto y quien tiene la llave para perseguir la corrupción.
García ha elegido al Congreso como su particular saco de boxeo, para dedicarle tantos golpes que hasta el presidente del órgano, aprista él, tuvo que salir en defensa de su institución (timorata, eso sí), además que, como digo, ataca al que poco puede hacer en los temas que le achaca como males propios, y se olvida que él es el presidente, que él tuvo poderes casi divinos de legislador y que él debe dirigir muchas de las luchas que pide al parlamento.
No me extiendo más, salvo para recomendar la entrada de W. José Alejandro Godoy en Desde el Tercer Piso «Urgente, el litio, por favor«.