Suena a broma pesada: El presidente del gobierno saca adelante una ley para evitar que los procesos por corrupción en su contra continúen. Los cuatro cargos más altos del Estado italiano se ven desde ahora favorecidos por una inmunidad absoluta mientras dure su mandato (y los sucesivos que puedan tener), así que todos los procesos anteriores se paran y la ley, realmente, deja de tener sentido para esas cuatro personas (Jefe de Estado, Presidente del Gobierno, Presidente del Senado y Presidente del Congreso). Berlusconi ya bromea sin ton ni son sobre la «liberación» que ha conseguido. En su contra se sigue un buen número de procesos de todo tipo, en los que destacan los de corrupción.