publicado originalmente en DE IGUAL A IGUAL
Hay varias razones para decir «sí» a la reforma constitucional planteada por Chávez (texto de la reforma), aunque también hay muchas otras para decir «no». Y siempre desde la izquierda (ya sea desde la socialdemocracia representada por el MAS venezolano a posturas anarquistas o marxistas como Bandera Roja -aunque los chavistas les tilden de «brazo armado de la ultraderecha»-). Lo que opine la derecha en estos temas, esto es, en el plano de la economía de mercado, me interesa más bien poco (sobre derechos muchas veces tienen más que decir, pero suenan tan hipócritas normalmente). Por un lado, me parece el proceso constitucional ha sido demasiado vertical. Para la constitución actualmente vigente (propuesta también desde el Movimiento V República que lidera el presidente venezolano) se consultó bastante más a movimientos sociales variados y a otras fuerzas políticas. Esta vez, nada de nada (o muy poco de todo), y ha sido aprobada por un parlamento sin oposición (cierto es que fue esa oposición la que se suicidó al no presentarse a las elecciones). Poco debate sólo nos conduce a una conclusión: Se hace lo que quiere Chávez. Nada más, ni nada menos.