Transformers

Últimamente estoy aprovechando la salida en DVD de una serie de películas que debía ver en el cine, pero no me daban mala espina y no estuve por la labor de gastarme unos cuartos en ver películas que posiblemente me decepcionaran. Entre esas películas se encuentran Spiderman 3 y Transformers. Ambas más decepcionantes de lo que me esperaba. Y que conste que esperaba poco. Menos que poco. De Spiderman por ahora no hablaré, ya estaba medio vacunado cuando la ví, les dejo dos certeros comentarios sobre la peli: Spider-Man3, de Sam Raimi por Michi Huerta y Otra de cine por Freeman. Ahora me centraré en la película de Transformers, aún alucinando de lo triste que es la película, y no me refiero a su contenido, sino a su resultado.

Creo que todos los de mi generación conocemos de la A a la Z a los Transformers, incluso, algunos nos hemos tragado la mitad más uno de sus productos derivados y sagas, cada cual peor que la anterior, aunque con algunas apariciones en cómic bastante buenas y series animadas al menos entretenidas… En fin, es todo un mundo de «cosas buenas y cosas malas», de lo malo que recuerdo mencionaré Transformers Masterforce (aunque te ríes un poco) de lo bueno, sin lugar a dudas, Transformers: La Película (la animada del 86). Y hay, como todo producto exitoso, mucha paja, repeticiones de conceptos con nombre nuevo y sobreexplotación. Y cuando parecía que tras la mediocre serie de televisión pero bien realizado cómic de Transformers Armada todo volvería a la normalidad, llegó la nueva película, con personajes de carne y hueso. Cuando leí sobre la peli por primera vez no lo podía creer, iban a hacer realidad uno de mis sueños de pequeño, pero, seguramente, se volvería una verdadera pesadilla. ¡Cuidado con lo que deseas! Así pues, acá va la crítica a los robots que se transforman:

Aviso a navegantes, el texto está lleno de «spoilers«, o sea, que revelo partes importantes de la trama y puedo chafar el final y el resto de la película a quien lea esto y no haya visto el filme.

Ver dos mechas dándose golpes es una de las mejores formas de pasar una tarde de domingo. Ver una película con actores de carne y hueso dedicado al género de los robot enormes que se transforman es casi un sueño. Observar lo que unos productores avariciosos y un director sin escrúpulos pueden perpretar sobre la base de un mal guión es un baldazo de agua fría sobre las ilusiones que uno se monta con estos temas. Michael Bay es como aquél compañero que te dice, cuando eres un renacuajo, que Papa Noel son los padres. Igual. Así te friegan de una nomás.

Le película comienza como una gringada, y acaba como una gringada huachafa. Y tiene trama de gringada inútil y tediosa, que cree que es más de lo que puede, y pretende incluso entretener en base a unos robots gigantes a los cuales han sido incapaces de entender siquiera un poquito. Y esto sin contar la falta de guión (no es que sea malo, es que resulta incoherente e ilógico por donde se coja), el que no respeten para nada la primera generación de los Transformers (imaginé, tonto de mí, que usarían al menos el argumento general de Los Transformers, pero por lo visto me equivoqué de lleno), ni del resto que recuerde. No importa, en este tipo de cosas (las nuevas adaptaciones al cine de productos de toda la vida) lo que está de moda es montarse una historia más o menos desde cero y ciscarse en todo lo existente. ¿Por qué no hacerlo? A fin de cuentas, lo que buscan es generar nuevos productos para vender nuevos juguetes. Y con esta película, al menos, lo consiguieron.

Como decía, la película comienza con un ataque a un campamento militar en Qatar (sí, me estoy saltando la narración de la historia del cubo y tal con pascual), donde vemos al primer robot gigante, un Decepticon con muy mala leche y ganas de armar el follón para conectarse de forma directa con la red de defensa estadounidense y robar datos. Lo increíble es: Teniendo la tecnología para que el simple contacto de las manos del robot accedan a los datos de un ordenador y su red, ¿cómo es posible que no puedan entrar de forma externa a esos datos hackeando los protocolos de ingreso? ¿Acaso no son tan tecnológicamente avanzados? Descubrimos que, al menos este decepticon, tiene la capacidad de bloquear y estropear todos los aparatos radioeléctricos, una artillería cuanto menos impresionante (pero poco efectiva en realidad) y un caracter un tanto agrio. Este mecha bastante feo en cuanto a su diseño (en general no me gusta cómo les han quedado los robots transformados, me esperaba algo más como el carro ese del comercial que se transforma para bailar o patinar), tiene otro, uno que parece más «mascota» (¿Por qué si todos reproducen aparatos electrónicos este es un escorpión gigante? ¿Pueden copiar formas biológicas y no sólo mecánicas?) que decepticon consciente de su superioridad robótica. Y bueno, ataca a los supervivientes. Bastante mal ya que les deja llegar a un pueblo, los tiene a punto varias veces y nada, no los remata.

Por otro lado, la película se empeña en mostrarnos la historia de Sam, descendiente de un explorador que encontró a un Megatrón enterradísimo en el Ártico, en su instituto, un pringaillo, como quien dice, que está coladito por la chica guapa de turno (sí, esa inalcanzable que para con el capitán del equipo de fútbol americano y lleva una minifalda más corta que su propio cinturón) y que quiere un carro. Acá aparece un auto amarillo, feo de naricez (muy gringo también), que resulta ser el entrañable Bumblebee retransformado en un tipo de carro que no le pega nada y sin voz. Se pone como si tal cosa en una tienda de venta de carros usados y destroza de forma «curiosa» todas las ventanas del resto de los carros para obligar al vendedor a cerrar el trato de venta por cuatro mil dólares. Lo que no sé es de dónde sacó el vendedor los papeles del carro para pasárselos a Sam (que yo sepa en Estados Unidos sí existen papeles en este sentido, los que indican la propiedad de un vehículo), una de las tantas incógnitas que deja la película. En vez de buscar comunicarse de inmediata con el muchacho y poder cumplir con la misión, ayuda automágicamente a Sam a conquistar a la chica de sus sueños. Es una relación que no aporta mucho a la película, o mejor dicho, aportaría algo si el guión tuviera chicha, cosa que no pasa.

El gobierno gringo, por su parte, está como loco intentando averiguar qué rayos pasó en su base de Qatar y qué clase de intrusión, quiénes y por qué, fue la sufrida en sus preciosas bases de datos y para eso ha reunido a ¿cientos? de jóvenes expertos en la materia, donde las cámaras nos enseñan de forma burda a un grupo que destaca sobre el resto (que son gente formalita mientras que nuestro grupo es de frikis). A la par, descubrimos que algunos decepticons sí tienen dos dedos de frente, y con una verdadera incursión de espías, Frenzy (un tocacasette) está infiltrado en el avión presidencial, y desde la computadora de abordo consigue por fin su objetivo dentro de las bases de datos del gobierno gringo (es interesante descubrir que cuando uno descarga datos de la red del gobierno estos se muestran como documentos pdf en un lector a gran velocidad en la pantalla, algo que realmente resulta completamente innecesario, pero queda muy visual). En fin, la infiltración en el avión presidencial me parece más una machada que una necesidad. ¿No podría haberse infiltrado en una base secundaria con acceso a la red? Me parece más simple que entrar en el avión del presidente. En fin, Frenzy, en vez de salir como entró (siendo un aparatito portátil) o de una forma más simple (luego descubrimos que se puede transformar un celular si previamente lo «escanea»), pero quedaba, otra vez, más visual ver al robotito salir haciéndose el super agente 86.

La trama se desarrolla de forma lenta, aburrida, durante la primera hora realmente no ha pasado mucho… En un momento, el autobot conducido por Sam se va lejos sólo para lanzar una luz y, al rato (previa superlucha entre robots) aparecen un montón de autobots, que no estaban en ninguna parte y caen cual metioritos. Apenas tocan tierra (sin contar con los posibles muertos por los golpes y demás), estos robots toman la forma del vehículo que tengan más a mano, porque sí, y se reúnen con el amarillo y protector de Sam. Toda la secuencia con tintes cómicos en casa de Sam no tiene ni pies ni cabeza, que los autobots no sepan contenerse y esperar fuera sin causar un destrozo en todo el vecindario no tiene perdón de dios ni explicación alguna. Optimus Prime, el camión, explica previamente toda la situación a Sam, que se la traga con patatas porque confía en un robot extraterrestre amarillo que, al parecer, quiere ayudarle. Y que habla por medio de la radio. Aunque al final, automágicamente (como muchas cosas de esta película), habla sin problemas.

Hay partes largas que no van a ninguna parte, y que en una película que trata de mostrar «mucho en poco tiempo» resultan un error, como cuando la chica friki rubia y simpaticona «roba» la información sobre el sonido que hizo la interferencia realizada por el helicóptero decepticon para enseñárselo a un amigo suyo, aún más friki que ella todavía, que con una computadora normalilla iba a poder hacer más que el resto con todo el poder computacional del pentágono. Luego este personaje es totalmente inútil. No aporta nada a la historia. Pero absolutamente nada (como mucho, dos chistes obvios, y por tanto, malos), y no me digan que su aportación es el uso de la radio de onda corta, porque esa parte es desechable por completo y, además, pudo hacerlo la rubia sin problemas, no necesitaba al amigo hacker.

Es interesante ver cómo los decepticons, entre sí, hablan en su propio idioma… Pero los autobots, que se explican muchas cosas importantes de la trama en mitad de la película (eso se llama no saber plantear la historia) en perfecto inglés. Y Megatron habla con Optimus en inglés. Y el resto de decepticons con los autobots en inglés. ¿Por qué? ¿Por qué nos muestran su idioma y que lo usan entre ellos si luego no se va a continuar por esa línea? Los autobots afirman que hablan todos los idiomas de la tierra por internet, en cambio, Megratron habla inglés por conocimiento infuso (ya que si llegó a la tierra y se congeló en el ártico en el mismo impacto, y así ha estado hasta que sus amigos le rescatan, no sé cómo pudo aprender inglés… ¿Por contacto con los hombres?). Los decepticons por otro lado son más listos, escanearon vehículos militares o de cuerpos y fuerzas de seguridad, con lo cual tienen una ventaja en combate sobre sus pares buenos, en tanto que pueden volar (tres de ellos, pero sólo dos por el vehículo copiado), tienen mejores armas (unos misiles grandotes, así, por las buenas).

En medio de una crisis nacional, mundial, galáctica, llevan a todos los implicados de una forma u otra en esta absurda trama (en este momento ya hemos conocido al Sector 7, que tienen a Megatron del que han sacado todos los inventos modernos -chips y demás-, aunque algunos los hayan conseguido antes los soviéticos, en la peli dejan claro que la ingeniería inversa sobre extraterrestres -y la tortura sobre formas de vida inteligentes, a fin de cuentas- es beneficiosa para la humanidad, y que son los Hombres de Negro de los Transformers, con todo el tema de extraterrestres y demás) a la presa Hoover, central del Sector 7. Enseñan a nuestros personajillos a Megatron, Sam explica todo con tres palabras y media y todos le creen porque sí. Les muestran los del cubo y les demuestran su poder. ¿Para qué todo esto? ¿Para los consumidores de la película? ¿No había otra forma más lógica y práctica de mostrarlo? ¿Era necesario enseñarlo? En fin, el cubo de marras transforma cualquier cosa mecánica o electrónica en un robot con mala leche. No en un autómata dispuesto a aprender, con vida propia y demás, sino en un ser salvaje que produce, inmediatamente, armas de fuego. Así pues, un celular se transforma en un pequeño monstruito que dispara contra todos lados… Bien, aceptamos que la radiación de un cubo que tiene «la chispa de la vida» dé vida a un aparato. ¿Por qué le da capacidad para transformarse? ¿Se ha rediseñado toda su estructura molecular? ¡Hasta cambian los colores del objeto! ¿Cómo, con las piezas de un celular, se tiene pólvora para armas de fuego? ¡Y misiles!

Se les cuela en la base nuestro amigo tocacasette, que se vuelve, porque él lo vale, en un celular. Nadie cacheó al chico o sospechó de los aparatos que llevara encima, nadie le obligó a cambiarse de ropa «por si acaso» (tan acostumbrados que estamos a la paranoia de los distintos agentes federales), y desde la base llama al resto de decepticons (bien escondidos en distintos trabajos para las fuerzas y cuerpos de seguridad estadounidenses) e inicia el proceso de descongelación de Megatron. El resto de Autobots también se dirigen a la presa, porque gracias a las gafas han descubierto dónde está el cubo (Megatron grabó, nadie sabe por qué, la información de la localización del cubo en las gafas de un humano, no tiene ningún sentido, pero vertebra media película).

En la base, los buenos buenísimos (el equipo popurrí) deciden pedir ayuda por radio y llevar el cubo (que el robot amarillo supo comprimir en un cubo fácilmente transportable, cosas de la vida) a un lugar más seguro, para ello quieren que un grupo de helicópteros recojan el cubo de un lugar seguro… ¡¡La ciudad!! ¿A qué mente preclara se le ocurre dirigir el cubo y a todos sus perseguidores a una ciudad habitada? Ya si la película era tonta, sólo faltaba esta guinda para coronar el filme. El que propuso como lugar una ciudad para la batalla final merece ser ejecutado junto con quien escribió el parche para poder llevar a todos los personajes para la ciudad. Es un apaño mal planteado, sin sentido, que simplemente busca poner a todos los robots en la ciudad para que se peleen entre sí.

Ahora, en la batalla descubrimos que los robots son como Neo, el de Mátrix, y esquivan los misiles con saltos imposibles a la par que avanzan disparando. Las batallas están filmadas como en El Señor de los Anillos, esto es, mal. Buscan más marear que mostrar, que la cámara se mueva mucho, ralentice y acelere sin razón aparente para llenarnos de imágenes y sonidos que no transmiten la batalla, ni emoción ni nada. Asombro tal vez. Sólo asombro. Pero es el tipo de lucha que ahora está de moda, no es culpa de transformers, simplemente es un error seguir con esa moda, más propia de artes marciales que de ingenios mecánicos de un par de toneladas, pero bueno…

Durante la batalla, dos de los autobots cubren a Sam mientras corre hacia un edificio para subir y pedir a los helicópteros del ejército el rescate. Acá es curioso: ¿Por qué no entró en uno de esos robots transformados en un vehículo? Vimos cómo uno de los mechas pudo escanear un segundo aparato para cambiar su transformación, hubiera sido mucho más útil que el carro amarillo escaneara un helicóptero o un avión y salir por patas del lugar en vez de continuar con la pantomima de los carros y la batalla en la ciudad. Pero la película no es inteligente, es lineal y absurda, tenía como objetivo un final épico decadente en una ciudad y aunque nada conducía al mismo, forzaron para tenerlo.

Lo que es peor, durante la carrera, Sam se cae y la radiación del cubo transforma unos tres o cuatro aparatos en robots. Vemos como atacan a los humanos y no vuelven a aparecer. ¿Para qué metieron esa escena? ¿Cuanto pagaron las marcas que por ahí se ven para incluir la escena? Lo que es peor: ¿Qué pasó con esos robots recién creados? ¿Se murieron cuando se destruyó el cubo? ¿Los militares acabaron con esos nuevos robots? No sé, este tipo de cosas son las que arruinan una película (si es que no está ya arruinada, como la presente).

En un momento de la batalla más que final (entre Megatron y Optimus Prime), el camión pide a Sam que meta el cubo en su pecho, y con eso se sacrificará para acabar con Megatron y terminar con la chispa de la vida (que como la da la quita), pero Sam se la puso a Megatron que murió. Así, sin más. Gritó un poco, eso sí. ¿Por qué Optimus no lanzó la chispa desde un comienzo contra Megatron? Al final los buenos (los autobots) perdieron, ya que no recuperaron el cubo de marras. Lo perdieron todo, ni tienen casa a dónde volver. Son algo voyeros y se quedan viendo cómo Sam y la chica guapilla entran en los preliminares sobre el carro amarillo. La peli entra en una espiral de incoherencias internas, los cuerpos de los decepticons son tirados al mar para destruirlos (¿no los podían fundir?), el Sector 7 es desmantelado y se concede, por así decirlo, permiso a los autobots para que pululen por ahí sin problemas. Cybertron, el planeta de los autobots, no podrá ser reparado… ¿Por qué se tira al mar el futuro de la humanidad? ¿Sabiendo que los robots pueden ser una amenaza por qué se desmantela el Sector 7? ¿Por qué se deja totalmente libres al resto de autobots? ¿Qué pasó con Starscream? ¿Cómo viajan los autobots por el espacio? ¿Se vuelven en meteoritos? ¿Son lanzados por un cañón?

Y la pregunta del millón es: ¿Cómo es posible que esto tenga tanto éxito que ya planeen DOS secuelas en que repetirán muchos de los personajes muertos?

En fin, película sin pies ni cabeza, falta de ritmo narrativo, falta de imaginación para siquiera esbozar un guión creíble, falta de «realismo dentro del irrealismo» (la suspensión de la credulidad no da para tanto señores), falta de coherencia, falta de final (el final que tiene es una verdadera porquería), falta de sentido común en los personajes, falta de desarrollo de los personajes, falta de… de todo. Incluso, falta de buenos diseños de los robots y de un funcionamiento de los mismos tendente al realismo necesario para que nos creamos que son moles que se transforman (es que ver a un carro saltando como simio y bailando como hip hop es… es lo que es).

2 comentarios en «Transformers»

  1. La base de una buena fantasia es que sabiendo que es irreal dentro de esa irrealidad se asumen ciertas bases minimas sobre las cuales girar la historia, en ese sentido la serie original de los Transformes cumplia con creces, tuvo capitulos mas o menos flojos, pero como conjunto general el enfoque fue muy coherente.

    Recuerdo que casi siempre las grandes batallas se realizaban en el campo, eso porque Teletran-1 estaba en las afuera y otro porque el puente de los Decepticons tambien estaba en las afueras, cuando la accion se trasladaba a la ciudad era porque tocaba uno de esos capitulos en que si.. las cosas se ponian bien bien feas.

    Decidi no ir porque el diseño de los prototipos traiciona totalmente la idea original, de un Optimus Prime sobrio e imponente pasamos a ese mamarracho y de un Megatron elegante pasamos a ….. no se!! que alguien me lo explique, y peor luego de ver el trailer.

  2. Saludos

    Totalmente de acuerdo sobre la coherencia interna de la original. Y ya le digo que esta peli no la tiene, y es una lástima.

    Cuando vi el avance tuve la sensación de que era una peli para mostrar efectos (nada más), y para dejar «momentos kodak», a montones, muchas veces «ves» imágenes que como afiche quedarían fantásticas. Así toda la peli. No pues, es una película, no un catálogo.

    En fin, no te pierdes nada. Más aún, así no malgastas dos horas de tu vida.

    Hasta luego y gracias por el comentario ;)

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