Vaya por delante que apoyo a Pascual Serrano en este caso (en que El País pide la retirada de un artículo «crítico» con su medio de comunicación poniendo como excusa que dicho texto «reproduce un artículo de Vargas Llosa por el cual no se han pagado los derechos de autor» cuando dicho artículo no hace más que citar algunas frases de Vargas Llosa -y que para mi gusto entra perfectamente en el derecho de cita-), y estoy con él y con Carlos Martínez al considerar que no estamos en un caso de «derechos de autor» (protección a los derechos de PRISA y Vargas Llosa), sino de abuso del derecho para perseguir fines distintos a los consignados por la Ley de Propiedad Intelectual, más aún, para acallar voces discrepantes con el medio.
Una vez dicho eso: En el artículo «El Copyright de Goliat» Pascual Serrano comete dos errores de novato o poco entendido, y es más que comprobado que ni es novato ni está poco informado sobre los sistemas de publicación en línea.
Por un lado, intenta usar como argumento las reproducciones de Rebelión en El País, en La Comunidad (portal de bitácoras) de El País, en concreto. Ya que si buscamos referencias a Rebelión en Google y eliminamos el foro y La Comunidad, sólo encontramos DOS artículos en los que se mencione dicha web, y sólo como referencia, ni una cita textual (y ambos artículos son de Manuel Talens, que colaboraba con Rebelión, y uno de esos artículos era «no exclusivo» de Rebelión, siendo una traducción realizada por Manuel Talens). ¿Por qué no vale la referencia a La Comunidad como referente a la «doble rasero» de El País con respecto a los derechos de autor? (al margen de considerar, en todo caso, un Abuso del Derecho la actuación actual de El País). Porque por más que el Aviso Legal de El País con respecto a la Comunidad haga referencia a la cesión de derechos en favor de Prisacom de los contenidos de las bitácoras de la Comunidad, también avisa que dichos contenidos podrán ser retirados si infringen alguna ley (entre ellas, la de Propiedad Intelectual, por supuesto), y dicha infracción podrá ser advertida por ellos mismos o gracias a los avisos de terceros. Esto es, si Rebelión considera vulnerados sus derechos, podrá pedir a El País su retirada. Más aún, expresamente El País prohíbe a sus usuarios el uso de material sobre el que no tenga todos los derechos de explotación (así pues, no podrá reproducir artículos de Rebelión, en tanto que los mismos -y no todos- sólo son cedidos bajo ciertas condiciones -es interesante ver que un portal alternativo que traduce buenos textos ajenos se niegue, de forma general, a que otros traduzcan sus textos, al no permitir obras derivadas-), por tanto, no cabe queja más allá del poco control que El País somete a las bitácoras que se publican en su Comunidad, lo mismo que pasa en casi todos los sistemas de publicación gratuitos dentro de servidores como los de El País.
El otro error es poner el grito en el cielo ante la exigencia por parte de El País a que Pascual Serrano haga lo posible para retirar el artículo citado. Es una exageración decir: «Ni el más burdo señor feudal se hubiera imaginado con derecho a pedirle a todo ser humano que haga gestiones y trabaje para ellos». Y lo es porque sabemos (él sabe, no por gusto tiene un abogado) cómo se realizan las peticiones, y Pascual es uno de los responsables de Rebelión, así pues, es lógico que si se pide la retirada de un artículo se dirija uno a quien puede hacerlo, no necesariamente al autor del mismo o a quien dió en origen al botón de «publicar». Así pues, se dirigen al autor de la nota para que pida a la web que despubliquen una nota o quiten, al menos, las citas textuales a Vargas Llosa. El día en que alguien reciba una carta de un abogado en la que se quejan de algo pero no se pide nada, será noticia. Siempre se pide, y normalmente con más prepotencia que la aparentemente mostrada en la carta de El País (sin que esto excuse de su absurdo contenido).
Al igual que se equivoca al decir que necesariamente debieron ver dicho artículo en su web personal y no piden la retirada del texto ahí. Pues no, se vuelve a equivocar Pascual Serrano y lo hace de forma innecesaria además. Si uno busca la primera parte del texto en Google encontrará en primer lugar el texto publicado en Rebelión y en segundo el mismo texto reproducido en los foros de El País (donde primero figura de firma otra página alternativa, y el segundo comentario consigna como fuente a Rebelión). Con esa búsqueda no vemos ese artículo en la página personal de Pascual Serrano. ¿Qué significa? Pues que los responsables de El País no tienen por qué saber que el texto de Pascual está también su Web personal (cuyos enlaces internos, curiosamente, apuntan a Rebelión). ¿Que vieron la web? Posiblemente lo mínimo y necesario, el correo de Pascual está a plena vista, el artículo que piden sacar está a la mitad de la web. No pidamos inteligencia a quienes no la tienen, o la usan lo justito. Por otra parte, sí, a El País le interesa atacar a Rebelión, como fuente supuesta del artículo. Luego si ha sido reproducido por mil y un sitios (contando los foros de El País), es otro cantar. La victoria simple y rápida se obtiene atacando a la fuente, eso está claro también.
Y sí, está claro, y en eso le doy la razón a Pascual (aunque no comparta su exageración), a El País comienza a molestarle Rebelión, no son pocos los artículos que últimamente salen en el medio alternativo atacando duramente la línea promonárquica y antichavista del diario madrileño y alguien en dicho periódico dijo «hasta aquí» al ver las citas de Vargas Llosa usadas para atacar al rotativo, y aprovechó ese posible resquicio legal para atacar «con la ley en la mano» a Rebelión.
Resulta triste ver a la gente de El País gastando sus fuerzas en atacar a medios alternativos, por no decir que les saldrá el tiro por la culata.
Me queda cierta esperanza en ese medio (poca, es cierto, ya que no se puede pedir peras al olmo), por dos razones, es uno de los pocos que permiten a sus trabajadores de la información levantarse contra la línea editorial del periódico, y porque esos periodistas ya se han levantado en alguna ocasión contra el medio que les da de comer. Así que al menos confío en algunos de sus periodistas, que se muestran íntegros, pero lamento que tengan la dirección que tienen, y que gasten sus medios en estas batallas estúpidas en vez de contratar más y mejores periodistas íntegros y echar a los chupabotas (que siempre sobran).
Desde aquí mi solidaridad con Pascual Serrano y con Rebelión.
Lejos del derecho y las leyes que desconozco pero empiezo a comprender en lo que la materia se refiere (copyrigth y derivados), comparto plenamente lo aquí vertido. La discusión (política que cabe) de ahora en más, es como hacemos las webs alternativas para enfrentarnos a estos «monstruos» informativos, y creo que solo creando redes propias se puede enfrentar a las corporaciones, llamese Clarín, llamese Prisa o llameses CNN… Lo ideal creo es generar información propia y no prestar tanta atención a lo que en estos medios se publica. Leerlos si, pero generar información alternativa. De eso se trata. Si El País quiere contratar a Vargas Llosa, a Pepe Pato o a Juan Pérez que lo haga, los medios alternativos deben mostrar voces alternativas. Lejos del derecho de Copyright esa será nuestra arma más potente.
Saludos desde Argentina