«El presidente andaluz, Manuel Chaves, les ha comunicado que se instalarán cuatro empresas en la Bahía de Cádiz que absorberán los 1.600 empleos» reza la noticia. El problema de Delphi, de los trabajadores de Delphi, tiene un nombre sencillo: Capitalismo. En toda su crudeza, con el agregado de un incumplimiento y de una buena muestra de por qué el Estado no debe dedicarse a poner parches sobre un sistema que, a primera de cambio, devolverá el favor con una puñalada trapera. Delphi ya obtuvo de los andaluces lo que quería, dinero y mano de obra a buen precio. Ahora puede irse a otro lado y conseguir, más o menos, lo mismo, más beneficioso en conjunto, claro.