Lo único realmente rescatable del día de hoy en Francia es la alta participación, es un gusto ver que la gente al menos se levanta de sus cómodos asientos para opinar (en una de las pocas ocaciones que el sistema representativo nos pregunta). Así pues, la tasa de participación ha sido realmente alta (en torno al 85%), y los votantes han estado divididos (53.42% a 46.58% según los resultados provisionales), pero al final ha ganado el xenófobo de Sarkozy. Que sí, racista y xenófobo, sin más. Que su partido poco tiene de «centro derecha», y él menos.