Yo no sé qué tantas vueltas le dan a la cuestión, está claro dos cosas: No se puede ilegalizar por el pensamiento (y la Ley de Partidos está, siendo benignos con la misma, en un limbo en que, según quién la aplica, se dedica a ilegalizar organizaciones por el pensamiento), y, sin pruebas más que claras, la ilegalización de un partido u organización, en el caso de hacerse, no puede ser posible. Que una «formación ilegal» (esto es, un partido que ya no existe en el ámbito formal) pida el voto para un tercer partido no es, ni puede interpretarse jamás, como prueba para ilegalizar ese tercer partido. Al igual que la ilegalización de un partido no puede suponer la ilegalización de la actuación política de todos los miembros del partido ilegalizado (como ha indicado el Supremo y el Constitucional, sea dicho).