Aunque en este caso, quien saca las castañas del fuego es la propia Organización de las Naciones Unidas, que ha investigado a unos 319 "cascos azules" en los últimos tres años por temas de explotación sexual y abusos, ya ha separado de sus misiones a unos 179 ex-cascos azules, según cuenta El Mundo. Cuatro soldados acaban de ser repatriados a sus casas tras un caso de agresión sexual en Sudán… Y es sólo la punta del iceberg de una realidad que siempre ha existido en tanto que unas fuerzas ocupan unas tierras y ellos son la ley, por más buenas intenciones que supuestamente tengan.
Eso sí, la subsecretaria no se olvidó de mencionar que quien tiene que juzgar a ese presunto violador/agresor no es la ONU, sino los países de origen del militar o funcionario de la misión de paz, lo cual realmente produce una traba en los procedimientos de sanción (ejem, aunque no sea un caso de cascos azules ni de conducta violenta "individual" sino de una conducta aceptada y promovida por los superiores ¿se acuerdan de Abu Ghraib? ¿Se acuerdan de la pena final para los torturadores de esa cárcel? no hay que olvidar que hay malos tratos promovidos por los gobiernos que jamás serán castigados, pero que, está claro, no atienden a los estándares humanitarios de la ONU).
Eso sí, ha mencionado que la ONU podría prescindir de los servicios para las misiones de los cascos azules de los países que no castiguen los abusos… ¿Nos quedaremos sin cascos azules gringos? La ONU, por pura coherencia, debería exigir que todo soldado (y funcionario) que participe en una misión de paz pueda ser juzgado por el Tribunal Penal Internacional (TPI), por todo lo que haga, tanto dentro como fuera de sus funciones en el periodo que dura la misión -mientras el personaje permanezca en ella, se entiende-. Nada de medias tintas, nada de soldados que no quedan sometidos a ese organismo. Habría que dar más viabilidad al TPI, reformarlo, mejorarlo, hacerlo efectivo y someter a todos los soldados y funcionarios en Misión de Paz a su directa jurisdicción y que a todos se les castigue mediante la misma normativa y con la misma vara.
Y, mientras tanto, ir viendo cómo remplazamos a los gringos (que copan gran parte de las misiones de paz) en tanto que los mismos vienen de un gobierno que no muestra ningún respeto por la ONU (ya, que nadie me salga con los norcoreanos o los iranís, porque más bien son países que aportan poquito a los Cascos Azules, así que, en la presente nota, no nos interesan en lo más mínimo). O, lo que sería mejor, alegrándonos de ver a una EUA sometiéndose por entero a la normativa internacional, tanto humanitaria como de Derechos Humanos, y sometiéndose a tribunales como el TPI. Que soñar es gratis.
Ya puestos, habría que vigilar al TPI, hay que vigilar a los vigilantes.