15 años para sacerdote genocida

En 1994 se produjo un genocidio fortísimo en Ruanda (más información al respecto en la Wikipedia o su libro de historia preferido, no vamos a hablar del genocidio en sí), los tutsis y los hutus moderados por parte de facciones oficiales de hutus. Este genocidio, además, provocó una crisis en toda la zona de Grandes Lagos. Para esclarecer este genocidio la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ayudó a crear el Tribunal Internacional para Ruanda (TPIR) que hoy ha encontrado a un sacerdote católico responsable en el genocidio antedicho, condenándole a quince años de cárcel (aviso para medios de la página del TPIR). Athanase Seromba estaba acusado de genocidio y crímenes contra la humanidad en la modalidad de exterminio.

Básicamente, Seromba conocía el ataque contra los refugiados de su parroquia, y luego animó y ayudó a demoler la misma para acabar con la vida de los ocupantes de la misma. Fue una parte activa de una de las tantas matanzas llevadas a cabo en Ruanda en esos negros años y ahora pagará por ello. Y no es que murieran 10 o 20 refugiados tutsis, no no, facilitó la muerte de más de dos mil personas que habían abarrotado su parroquia.

Miembros de la Iglesia Católica tuvieron cierta responsabilidad en varias masacres ocurridas en parroquias contra refugiados que, como siempre se ha hecho, buscaban un respiro al amparo de unas parroquias que, se supone, son casa de todos y refugio de los oprimidos. Hace unos años, dos monjas ruandesas fueron condenadas (en Bélgica, que se declaró competente para ello) por crímenes contra la humanidad cometidos en Ruanda. La Iglesia Adventista del Séptimo Día también se ha visto implicada, uno de sus pastores, Elizaphan Ntakirutimana, fue condenado por el TPIR a diez años de cárcel hace tres.

Está claro que ese sujeto no representa a la cristiandad, como no lo hacen los francos, pinochos y similares personajes de esa derecha reaccionaria que sólo usa a Dios para justificar sus infumables crímenes, y para, a la par, decidir que el Estado o el Mercado están sobre el individuo…

Pero volviendo al tema del TPIR, es reconfortante ver que una institución consiga, poco a poco, ir juzgando a los tantísimos responsables de una grandísima masacre con tan nefastas consecuencias en la que, eso sí, queda por ver la responsabilidad de algunos países como Francia, y gran vergüenza le tiene que dar a la comunidad internacional que realmente permitió que esto pasara, que no hizo nada y que le costó la vida y obra, a países como Estados unidos, calificar el conflicto como lo que era, un genocidio.

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