Hay cosas que realmente no han cambiado desde esa época en que los españoles vieron bañarse a Fraga en las playas de Palomares unas playas donde unas bombas termonucleares cayeron, vídeo cuestionado en tanto que el mostrado en Estados Unidos tenía diferencias considerables y, se dice, no fue grabado en Palomares por miedo a la contaminación posible (por más que el vídeo es para mostrar que no se había contaminado nada), a ese telediario donde se realizó una información manipulada (desde la atribución de la convocatoria de huelga hasta el tiempo dado a las distintas posturas sobre la huelga y el ocultar información) sobre la huelga general contra las reformas laborales del entonces gobierno de España. Y esos son sólo dos botones de lo que es la manipulación informativa.
Por otro lado, en la manipulación, tenemos a los que montan ucronías para justificar dictaduras o guerras civiles, masacres o despropósitos varios en las que se pone como mal menor lo acontecido ante un posible futuro desastroso en el cual todo pasa como en la peor pesadilla. Así es muy fácil justificar cualquier hecho pasado, inventándose el futuro para controlar el presente. Lo peor es que suelen tener unos cuantos seguidores que esgrimen esos falaces argumentos para demostrar que lo ocurrido era lo mejor que nos podía pasar. Y se quedan tan contentos encima.
Tal vez, en lugar de mostrar vídeos fictisios sobre ucronías, valdría la pena mostrar vídeos reales que cuentan ficción en vez de intentar reflejar malamente la realidad que vivimos, no se pide certeza absoluta o que todo sea verdad, se pide, siempre, que sea veraz, y es a esa veracidad a la que debemos apuntar como fin del periodismo, del hecho de informar para que se cumpla el derecho de ser informado.
Y ya por último, para cerrar como comenzábamos: "Hasta que los leones no tengan sus propios historiadores, la historia seguirá glorificando al cazador".