Pasamos a "Continuidad de la tortura en la democracia brasileña: Reflexiones sobre aspectos socio-políticos y culturales", de Celma Fernanda. Una interesante ponencia en la que nos describe el altísimo índice de torturas perpetrados por las fuerzas de seguridad brasileñas, y, lo que es casi peor, la falta de conciencia social, que lo ve como algo constante pero leve, que no afecta. En gran medida se explica por la idea de "el fin justifica los medios" y porque las principales víctimas de esta tortura son presuntos delincuentes y "pobres", nos describió la sociedad brasileña, su elevada jerarquización (dentro de varias clases) y la idea de autoridad, sumado a la mentada repulsa que generan ciertos delincuentes producen un "no rechazo" a la tortura (ya sistematizada por parte del Estado), viéndose como parte del "castigo", incluso. Es curioso (y preocupante) el alto número de denuncias y el bajísimo número de procesos, no hay medios, no hay posibilidades reales de conseguir una condena de alguien que vive en una sociedad que poquito más y la legitima. El problema es que hay una cierta aceptación en que "los delincuentes y los pobres no tienen derechos", lo cual genera a su vez marginación… Y el temor a ser víctima de alguno de esos 40 mil asesinatos al año crean una justificación a la tortura como medio para impedir la altísima criminalidad.
Stenio Farias nos descubrió la censura (y, en paralelo, la tortura que la acompaña) en "El golpe de 1964, algo que la prensa vio (y no vio)", con una soberbia explicación de la realidad brasileña anterior al golpe, la fortísima censura empresarial existente años antes del golpe, la idea de "vienen los rojos" como lo peor contra todo lo humanamente aceptable que justificaba el despido de un periodista si el mismo no estaba de acuerdo con la línea de su editor. Luego de la misma inicia la burda represión política, acompañada de torturas que crean un temor increíble entre unos periodistas presionados a mentir (o callar) constantemente, una censura institucionalizada traducida en "desapariciones" de periodistas opositores, en exiliados a patadas, en, a fin de cuentas, terror. Y en un censor, de esos que se pasan para ver qué publican. Contó una anécdota, en un periódico local se coló una noticia contraria a los intereses del ejército, ya que se "mostraba" cómo no pagaban el sueldo mínimo en una serie de trabajos, un general llamó al periodista para "avisarle" que no vuelva a hablar mal del ejército, que toda noticia debía ser buena o no darse, cuando el ejército esté implicado. Luego de la censura del régimen dictatorial vino una autocensura que aún continúa y que es difícil desterrar (máxime cuando los jefes son los impulsores de la misma).
La mañana la cerramos con una interesante ponencia de Wilkins Román, "La cultura político constitucional de «nosotros, el pueblo de Puerto Rico»". Dentro de Latinoamérica tendemos a olvidarnos de Puerto Rico, el Estado Libre Asociado a los EUA, que se independizó de España para pasar a formar parte de Estados Unidos y que, simplemente, no puede independizarse (y sus mandamases, básicamente, no quieren hacerlo). Nos explicó el sistema constitucional gringo con respecto a los "Territorios", el proceso histórico normativo del Estado de Puerto Rico, de su funcionamiento y demás. De cómo actualmente favorecen incluso medidas gringas que, a primera vista, pensaríamos que debieran rechazar, como es el caso de las políticas migratorias. El proceso Constituyente fue curioso, cabe resaltar que lo aprobado por el mismo, cuando llegó al Congreso de EUA fue recortado, sobre todo en el tema de Derechos (los de "tercera generación" fueron, sencillamente, quitados) y se agregó una cláusula que limita mucho la reforma constitucional por Puerto Rico, ya que la misma debe adaptarse o sujetarse al Convenio entre ellos y los gringos y a una cierta legislación gringa, esto es, no pueden hacer una constitución en que se declaren independientes (curiosa federación en que las partes no son, ni fueron, libres). Nos contó la represión sufrida por el Movimiento Nacionalista, y cómo el actual movimiento independentista no tiene suficiente apoyo. La existencia de un movimiento para ser un Estado en igualdad de condiciones que, curiosamente, desde el 92/94 (cuando EUA ratifica los tratados sobre Derechos Humanos) usan los argumentos de DH como base a la reivindicación de formar parte de la Federación Yanqui como cualquier hijo de vecino. Igual que la gente de la capital estadounidense.
Este mensaje queda algo largo, con pocos párrafos pero largos, así que dejaré la tarde para otro momento (y porque debo terminar de preparar la ponencia de mañana)… Mañana habrá unas tres ponencias, tal vez cuatro, y una interesante conferencia final.