Este es el título de
una noticia salida en El País el día de hoy, subtitulada así: «
Los obispos creen «la resolución aprobada representa un serio peligro para la vida matrimonial»». Lo primero que pensé es «
no puede ser«, así que, después de ver lo mal citada que está la resolución del parlamento europeo (la citan como la «P6-TA», lo cual es incompleto, debiera citarse como «
P6-TA (2006)0018«), me decidí a fijarme bien en las fechas de
tan desacertada resolución de la conferencia… Es de ayer. Al parecer, la Conferencia ha tardado bastante a decidir su postura ante una resolución del Parlamento Europeo.
Increíble la postura de la (jerarquía de la) Iglesia, que ya sabemos que choca frontalmente con la «Verdad» que pregonan, pero leyendo el pronunciamiento del Parlamento Europeo,
simplemente a los de la Conferencia episcopal se les debiera caer la cara de vergüenza (cuando proclaman la igualdad de todos los hijos de Dios, y a la vez son homófobos).
Por ejemplo, una de las «previsiones» (la quinta) de la resolución del Parlamento Europeo «Insta a los Estados miembros y a la Comisión a intensificar la lucha contra la homofobia mediante métodos educativos -tales como las campañas contra la homofobia en los centros escolares, en las universidades y en los medios de comunicación-«, donde el Parlamento ve una petición de una campaña anti-homofobia (como las «anti-racismo» que hay, u otras tantas que intentan solucionar los brotes de violencia contra colectivos concretos de personas) tenemos una respuesta «contundente» de los jerarcas de la Iglesia «La propuesta de utilizar métodos educativos contra la “homofobia” lleva consigo el grave peligro de introducir esta deformación de la verdad en los niños y jóvenes, incidiendo así negativamente en el ámbito de las conciencias.» (la cursiva no es mía). Con eso de «esta deformación de la verdad» se refieren, por supuesto, a la consideración que el homosexual es una persona con iguales derechos y deberes que otras personas, y que sus manifestaciones sexuales no nos deben escandalizar; para esta Conferencia Episcopal, está claro, «La Verdad» es la que ellos dicen, y todo lo que se sale de la misma puede incidir negativamente en el ámbito de las conciencias.
Porque enseñar a no discriminar, señores, jamás puede ser un atentado contra las conciencias, si a ti te molesta lo que el otro haga con su cuerpo, te lo guardas o se lo cuentas al párroco más cercano, pero decirte, niño tocanarices, que insultar al gay de tu clase es malo, no es una intromisión en tu conciencia… ¿Lo entenderá así la jerarquía de la Iglesia? Está claro que no, ellos quieren seguir diciendo que es algo anormal, por tanto, debe ser tratado como algo a expulsar, por ellos, prohibirían por Ley que los homosexuales tuvieran relaciones sexuales.
Pero esto no nos debe extrañar, hace tiempo dejaron la realidad para irse a vivir al mundo del grito en el cielo por una sociedad que, mal que bien, les ha sobrepasado, les viene grande. Una resolución que busca luchar contra una discriminación REAL, que se da tanto por parte de particulares como por unos gobiernos y que atenta contra la dignidad de las personas (y, en todos estos casos, contra su Libertad); una resolución que pide que los estados traspongan unas directivas de hace unos seis años en pro de la igualdad de oportunidades… pero todo esto da igual, para la conferencia episcopal española, «la resolución aprobada representa un serio peligro para la vida matrimonial y familiar y para toda la ordenación de la vida social en Europa.» ¿Qué caracho están diciendo? Una cosa que dice la Resolución del Parlamento es que las parejas del mismo sexo deben tener iguales derechos y deberes que las parejas heterosexuales (contando con los derechos de libre Circulación, tanto de la persona como de su «pareja inscrita» independientemente de su sexo), sin decir siquiera que se regule con la misma institución que las parejas heterosexuales, esto es, el Matrimonio. Pero que dos personas se quieran y vivan como una familia… ¡¡Les parece un atentado contra la familia!! Por favor, un poquito de seriedad, ni que los homosexuales fueran por ahí rompiendo matrimonios, matando a mujeres, quemando niños, o destruyendo, por sí, la sociedad. Existen desde siempre, y la Sociedad con ellos (aunque muchas veces dándoles la espalda) ha ido cambiado a su propio ritmo.
Y la nota informativa de la Conferencia Episcopal acaba con un considerando que merece una explicación: «apelamos al Parlamento Europeo para que en el futuro evite acciones que ponen en peligro la libertad de conciencia en la Unión Europea». Vistas la Resolución del Parlamento y el grito en el Cielo de la Conferencia ¿Cómo afecta a la conciencia de los ciudadanos de la Unión el que se evite la homofobia? Si hablamos de Libertad de conciencia, comencemos por los que la tienen coartada, los homosexuales que sufren violencia por el simple hecho de ser ellos mismos, así pues, cualquier iniciativa que proteja la identidad de las personas y que evite la violencia sobre las mismas, es un paso adelante en la protección de la Libertad de Conciencia, que, Señores de la Jerarquía de la Iglesia, no es la que ustedes dicen, es la que cada cual tiene.
Demagogia pura y barata la de la Conferencia Episcopal, apelan a una libertad cuando el tema, justamente, es que hay gente que no puede ejercerla, no «lastima» para nada a los heterosexuales ni vulnera los derechos de nadie, sino que intenta proteger la de un colectivo muy perseguido y poco reconocido, y ustedes no hacen más que empeorar la situación.
En España ya lleva un buen tiempo aprobados los matrimonios entre personas del mismo sexo ¿Se ha destruido la sociedad? ¿Se acabaron las familias? ¿Los heterosexuales que lo han querido no han podido contraer matrimonio? ¿todos los niños están cohibidos y sin libertad de conciencia? ¡¡Y lo siguen repitiendo!!
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