Es casi divertido ver al informado Mariátegui (y por tanto, de derechas y buena gente, a diferencia de todo izquierdista, que es o mala gente o desinformado -como repite Mariátegui cada vez que puede-) calificar de «rojimio» al nuevo fichaje de PPK, Rudecindo Vega Carreazo (exministro de vivienda con Toledo y de trabajo con Humala). Claro que la visión de qué es derecha y qué izquierda del columnista de Perú21 es un poco… mmmm… «todo lo malo es izquierda».
A mí me sorprende que Mariátegui siga consignando a Vega como alguien cercano a la CGTP o que la central debería tener algo que agradecerle. Primero, las políticas laborales de Vega no fueron nada favorables a los trabajadores y se encargó de incumplir el primer programa electoral de Humala en ese sentido, así la Gran Transformación inicial, ya relajada en el pacto con el toledismo y otros para la segunda vuelta, se vio totalmente truncada. De hecho, la CGTP criticó duramente el nombramiento de Vega como Ministro de Trabajo. Personalmente vi en ese nombramiento un claro giro a la derecha del primer gobierno de Ollanta Humala (ruptura con su propia izquierda ya a mediados del 2012; aunque para algunos el gobierno sigue siendo «rojimio», aunque no sé en qué hechos o ideas sustentan esa postura).
Claro que el periodista de Perú21 sigue diciendo que el nombrado viceministro de trabajo era un dirigente de la CGTP, Pablo Checa; sí que es un personaje cercano a la central sindical y esta aplaudió su nombramiento, se vio con buenos ojos -también por mí-, pero como recordó Carlos Mejia en su día, desde principios de los noventa Checa ya no pertenecía al sindicato. Vega estuvo poco de Ministro de Trabajo, unos ocho meses después de su salida, Checa también fue reemplazado y no por alguien del sindicalismo peruano. No sé, señalar a Vega, un «teórico del chorreo económico», como «rojo» es atrevido, por no decir «poco informado».
Tras esos cambios, el gabinete estuvo más a la derecha que nunca y el Ministerio de Trabajo, nunca muy por la labor de hacerse oír, simplemente comenzó el camino contrario a los intereses de la clase trabajadora. Lo más reciente lo tenemos en todo el tema de la llamada Ley Pulpín, pero va desde la paralización de la LGT hasta, bueno, todo lo demás; por ello tampoco es raro ver que la CGTP ya se mostraba como enemiga del gobierno de Ollanta Humala desde diciembre de 2011 (el último gran paro fue hace un mes, pidiendo algunas cosas que se llevan reclamando desde hace muchos años, como es la LGT), al ver que todo lo bueno que medio podían conseguir era paralizado por el gabinete, en especial desde la cartera de Economía, que parecía el ministerio fuerte. La represión de este gobierno contra los trabajadores en general y el sindicalismo en particular no tiene nada que envidiarle a los anteriores, lamentablemente. Por más que Mariátegui y otros informadores crean que ahora los sindicatos se promocionan desde el Estado o algo así.
Pedro Pablo Kuczynski Godard (PPK) está «fichando» muchos toledistas, finalmente excompañeros suyos (recordemos que PPK fue Primer Ministro y Ministro de Economía con Toledo -su pasado en el gobierno se remonta a Fernando Belaúnde Terry, pero de esas épocas ya no quedan demasiados exministros en activo-), además que «jala» de varios palos para ganarse favores de distintos sectores (de ahí también la entrada de Carlos Bruce Montes de Oca en su equipo; por más que este haya sido expulsado/renunciado del PP tiempo atrás; el acercamiento con las otras derechas peruanas o sectores pro derechos humanos y muchos de ellos de izquierdas); pero también, y como hombres fuertes en el propio partido (Peruanos por el Kambio, con la K radical o de ), está incorporando a sujetos muy cuestionables (les recomiendo leer sobre Óscar Tino Santander o Roberto Prado Muñoz –y 2-, todos los enlaces a Útero.pe), estos últimos son menos inefables, por lo visto. Y lo entiendo, en realidad eso sí se explica con facilidad: son los que siempre han estado en los gobiernos peruanos. Y así nos va.