CSdeL: Píldora del día después no es abortiva

La mal llamada «píldora del día después» o «píldora del día siguiente» (píldora anticonceptiva de emergencia) para la Corte Superior de Lima no es abortiva, por ello, el Ministerio de Salud ya ha ordenado la distribución de estas pastillas, como un método más (el último) anticonceptivo. La discusión sobre si no es o sí es abortiva es bastante vieja, tanto como la propia pastilla, y no sé hasta qué punto tiene un verdadero sentido (muchos de los gremios que defienden su carácter abortivo también se posicionan contra el uso de otros sistemas anticonceptivos, así que su oposición es global a la propia idea de relaciones sexuales con métodos de este tipo). Aun así, las posturas contra la píldora se suelen basar más en su carácter abortivo (nótese la cursiva).

Entre el aborto y la no anidación
En cierto sentido nos movemos en una fase de no definición clara de qué consideran aborto las organizaciones que se oponen, por ejemplo, a esta «pastilla del día después», en tanto que suelen retrotraer la «defensa de la vida» al mismo momento en que el óvulo queda fertilizado, incluso antes de la anidación del cigoto en el útero materno.

Hay que recordar en este punto el contrargumento más importante, donde volvemos al tema de las definiciones: Para colectivos como la OMS o la FIGO (esto es, las autoridades médicas mundiales en estos temas), el embarazo comienza tras la implantación del embrión humano en el útero, no antes, así pues, médicamente no podríamos hablar de aborto (interrupción del embarazo) antes de que el embarazo se produzca. No toda fecundación da lugar a un embarazo, la pastilla sirve para que el mismo no se produzca (y en este sentido, además, va la sentencia referida en el primer párrafo, y otras similares). Claro que, fuera de esas organizaciones y en otras definiciones más amplias, el embarazo comienza en la mismísima fecundación (véase en este sentido la Evangelium Vitae 58 de Juan Pablo II), pero lo normal, entre los estamentos médicos (como digo, salvo excepciones) es hablar de embarazo tras la implantación, por ello suelen defender el carácter no abortivo de la píldora.

También se defiende que estas pastillas se pueden tomar en mayor cantidad para inducir a un aborto fuera de su plazo teórico de funcionamiento normal, pero hay que recordar que el mal uso de una droga no es razón, per se, para eliminar dicha droga, además que otras muchas sustancias se usan para provocar abortos, junto con otros métodos más prosaicos, y a nadie se le ocurriría declarar, por ejemplo, ilegales los ganchos de metal por el mal uso que se les puede dar. Así que ese último no es un argumento.

Como anticonceptivo
Está claro que este medicamento (aunque así no lo quieran llamar las organizaciones contrarias a estas píldoras en tanto que no curan enfermedad alguna -y esto es cierto, el embarazo, ni siquiera el «no deseado», puede considerarse «enfermedad», ¡faltaría más!-) puede tener fortísimos efectos secundarios, normalmente no se recomienda su consumo seguido y es, como su nombre indica, un método anticonceptivo de emergencia, y las emergencias no pueden ser la norma.

Como método anticonceptivo su fiabilidad, ingerido durante las primeras 24 horas tras el coito, es alta, y se va reduciendo conforme pasa el tiempo (siendo 72 horas el límite de efectividad), en todo caso los efectos secundarios pueden presentarte y no son pocos:

Entre los efectos secundarios se incluyen las náuseas, los vómitos, la sensibilidad en las mamas y el dolor de cabeza. Estos efectos suelen ser leves y la mayoría se alivia después de 1 ó 2 días. El período menstrual podría ser irregular temporalmente luego de tomar anticonceptivos de emergencia.

Además, como es obvio, no previene o evita el contagio de enfermedades de transmisión sexual, por ello siempre serán preferibles los métodos anticonceptivos globalmente más efectivos y preventivos, y con menos (o nulos, mejor dicho) efectos secundarios, hablo, entre otros muchos, del uso del preservativo.

Volviendo a la noticia, consideración final
Es un avance que la Corte Superior de Lima considere, como tantos otros, que la píldora del día después es un método anticonceptivo no abortivo, de corte similar, como es el DIU, que pretende, con menor fortuna y más dificultades, evitar la anidación (y la fecundación), y sinceramente, no he visto grandes campañas contra el DIU más allá de las quejas «anti relativistas», «anti subjetivistas» y de «utilización de las relaciones sexuales únicamente como placer», que es un debate distinto de si hablamos de aborto-anticoncepción.

Que la Corte Superior de Lima lo considere no abortivo tampoco significa que se deba volver, o que se volverá, el método preferente, hay que resaltar el contenido de «de emergencia» de este método contraceptivo, y se debe seguir estimulando otros métodos anticonceptivos que impidan, de paso, enfermedades de transmisión sexual e incentiven una idea de responsabilidad en el actuar (que, como método de emergencia, no da ni puede dar la pastilla del día después).