Hasta ahora la polémica sobre la publicación de los audios del petrocaso que tumbaron al anterior gabinete ministerial y que tanta cola está trayendo, había transcurrido en el plano del debate (con un insulto que otro, y con una víctima dentro de El Comercio, Fernando Ampuero, directo de la Unidad de Investigación) pero ahora da un paso más, y lo que era un chiste de Heduardo se ha transformado en una triste realidad, vemos la prensa de vidrio y cómo el grupo El Comercio echa al hasta el momento director de Perú.21, Augusto Álvarez Rodrich, fiero defensor de la necesidad de la publicación de los audios y de una mayor fiscalización del gobierno sin caer en eufemismos ni medias tintas (como ha estado haciendo El Comercio, que además se negó a publicar los audios antes que saltaran en la televisión).
Es triste cómo se manejan las cosas en nuestro país, y la facilidad que tiene el gobierno (¿debería ponerlo en mayúsculas?) para hacer y deshacer a su antojo en los medios de comunicación, afectando negativamente la circulación de la información y opinión (ya bastante mermada por el sistema en sí mismo, pero la intervención del gobierno agrava bastante la situación).
Volvemos a las épocas en que El Comercio hincaba la rodilla sin problemas ante el máximo líder del país, esos en que defendió sin despeinarse lo que había llegado a calificar como dictadura, volvemos, de paso, a los tiempos en que Alan era omnipresente, ahora no sólo tiene control sobre la prensa ideológicamente cercana (como suele ser habitual en cualquier gobierno) sino también sobre la prensa al menos opositora de forma moderada, o al menos con pretensión de independiente (digamos mejor «imparcial», «sin seguidismo al gobierno» y «plural»). Queda por ver el giro que dará Perú21, pero todo hace prever que será de 180 grados, para ver más de lo mismo, igual que ahora en El Comercio, en Correo, La Razón, y cuanto diario de porquería llena las estanterías de los kioskos peruanos…
Me sumo a la apreciación hecha por José Alejandro Godoy: «[sobre la polémica entre publicar y no publicar los audios entre los dueños del diario y el despedido director] Demás está decir que, a mi modo de ver y en concordancia con los famosos Principios Rectores del Grupo El Comercio, quien tenía la razón era el ahora ex director.«, aunque cabrían matices y consideraciones varias, está claro que no se puede echar a un director que mal que bien trabajó de forma honesta (estemos o no de acuerdo con él) y menos cuando hizo su trabajo, esto es, no se bajó los pantalones ante los intereses del gobierno de minimizar y ocultar una red de corrupción (porque no es un hecho aislado ni sobre un tema único, es bastante amplio).
Tumbándose al director se cargan al diario. ¡Lo han conseguido! Lo han hecho… ¿Qué explicaciones darán? (Al menos alguna habrá, eso espero…)
Queda claro que la libertad de prensa no es más que libertad de empresa, y quien paga manda sobre las opiniones e informaciones que se dan, y esto es así por más que se proclame la independencia del cuarto poder y demás utopías imaginarias que nos dan en píldoras para que tengamos la consciencia tranquila pensando en que tenemos una prensa que de verdad informa. Quedan, eso sí, periodistas que se la creen y sí luchan para que así sea. Y son los que en épocas como esta pierden el trabajo, obvio.
Excurso: Si siguen los enlaces que he puesto (a El Útero de Marita, Desde el Tercer Piso y Hojas de Vida) encontrarán más enlaces a otros que se han pronunciado sobre el tema la mar de interesantes, así que recomiendo todos.
Como dije… ya se venia venir, pero lo que no termino de entender por ejemplo es cierta alegria por parte de Hildebrandt ante lo que pasa.
Por cierto, Juan Acevedo tambien deja Peru21 segun dejo soltar en el blog del Cuy.
Salud
Sí pues, no se puede ir contra la línea de los dueños de forma tan rochosa ni, mucho menos, afectar a los negocios de los dueños en otros ámbitos. Y ya se sabe, muerto el perro acabada la rabia.
Lo de Hildebrandt es curioso, por un lado, parece que se alegra de un contendiente del otro palo pero mismo civismo, por otro, sí que lo ve como un escándalo y es uno de los pocos que han denunciado este hecho desde otros medios (el resto serían los excolaboradores del diario, como RMP, o los humoristas, como el propio Heduardo -que le pide a Juan Acevedo que se quee y si los echan, que sea con roche, je-), ha sacado los trapos «sucios» del porqué echaron a AAR (negocios ocultos, monea de cambio) pero aprovecha la mínima para criticar el tema de los audios, para él AAR fue irresponsable al sacarlos y hacerle el juego sucio a «intereses oscuros», pone, literalmente, que fue una publicación «sin explicaciones ni culpa». Así que en parte se alegrará de que castiguen a Álvarez, pero por otro lado lo ve negativo (vamos, todo un conflicto interno).
Hasta luego y gracias por el comentario ;)
PD: Me pregunto si CH pensará que los lectores de Perú21 por sus colaboradores y línea dura con el gobierno se pasarán a La Primera al no haber otra alternativa opositora, y por ahí siente cierta esperanza a favor de su medio…