¿Es posible el cambio jugando con las mismas fichas?

Al lado de Bush cualquiera es bueno, dicen los más optimistas…

Obama ha comenzado a gobernar, falta mucho para que reciba, oficialmente, el poder del país que, guste o no guste, manda en el mundo en todos los campos, el Imperio, como muchos le llaman no sin razón. Barack Obama, ese negro que no es negro, se presentó a unas primarias con el discurso de cambio pero sin programa que lo sustentara. El «Sí Podemos» (como nuestra selección peruana) fueron su punta de lanza, su único, casi en exclusiva, argumento, favorecido por lo mala que ha sido la gestión republicana, pero sin marcar verdadera distancia entre sus políticas y las de sus contrarios (sólo hay que escucharle hablar de Irán para recordar lo que es, lo que representa). Y sí se pudo. Y ahora todo mundo espera un cambio de verdad. Pero Obama ha comenzado su partida con muchas de las fichas de Clinto…

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