Militarización del país y censura sobre un cuadro porque se mostraba un seno. Ese es Berlusconi. Tras conseguir solucionar el mayor problema de los italianos (esto es, impidió que el presidente del gobierno, o sea, él, continuara siendo juzgado por casos de corrupción) y eliminar cualquier viso de discriminación (volviendo a los discriminados y marginados en delincuentes peligrosísimos) ha decidido ponerse manos a la obra y atajar otros dos grandes problemas desde su propia raíz: Eliminando los síntomas de la enfermedad con el ejército (porque atacar la enfermedad es caro y largo, poco electoralista y populista, en suma) y tapando un seno desnudo a la reproducción de un cuadro del S. XVIII porque… porque sí.
El uso del ejército
A los latinos (todos esos pueblos que hemos mamado en primera persona la cultura surgida del Imperio Romano y que mantenemos, como última muestra, lenguas derivadas del latín) siempre nos sale el tiro por la culata cuando permitimos que el ejército se haga cargo de labores ciudadanas, sobre todo porque la fuerza militar está pensada para atacar y destruir, sin mediar palabra ni cortarse en los medios empleados, están entrenados para ir a una guerra, y los enemigos jamás pueden ser delincuentes de poca monta (en la mayoría de casos, es difícil ver al ejército enfrentándose con una banda de mafiosos, máxime cuando quien manda el país tiene más de mafioso que de primer ministro respetable).
El pueblo italiano ha vivido episodios muy oscuros cada vez que el ejército ha entrado en sus ciudades, y eso lo recuerda bien. También sabe lo brutal que puede llegar a ser sus fuerzas armadas, por ello su misión está o en las fronteras propias o en lejanos parajes inundados por barbarie guerrera. No en las calles de Roma. No. Nunca a ser posible.
Pero Berlusconi es diferente, es un emperador sin imperio, y al querer sentirse como el Rey de la Colina ha decidido, sin sentir remordimiento alguno por la apariencia que da, sacar los tanques a la calle y esperar a que la oposición se canse de tanto caciquismo y comience a cantar aquello de «A las barricadas, por el triunfo de la Confederación», a la vista de que Berlusconi ha preparado el país para una guerra civil (como poco, viendo los efectivos en las calles, según como lo muestran las cámaras de la propia televisión -más que controlada- italiana).
3 mil soldados en las calles para luchar contra los delincuentes (de poca monta, los grandes delincuentes dirigen el país, sea desde sus emporios criminales sea desde el gabinete ministerial, y estos últimos, además, con inmunidad por ley), imágenes esclarecedoras las de unos militares cacheando a unos inmigrantes que tenían más cara de «necesito comer» que de «soy un peligro». Esto es demagogia, y lo sé. Pero también lo es atacar los síntomas de una sociedad enferma en vez de buscar la raíz del problema y solucionarlo, o al menos intentarlo. metiendo a la cárcel a la gente al por mayor y considerando delincuente a unas personas por saltarse una ficticia frontera no se consigue, en ningún caso, solucionar los problemas de la delincuencia y de la inmigración irregular (que este gobierno italiano se afana por conectar, cuando es el país de las mafias). Esto sin contar la fortísima represión sobre una etnia concreta, la cabeza de turco del «no sé hacer las cosas pero odio al diferente» del gobierno de derechas.
El seno tapado
Hemos vuelto a tiempos del puritanismo y nadie nos avisó. En realidad sí, las medidas de la Unión Europea (cierre de fronteras con prisiones para nodelincuentes y vuelta a las 65 horas) eran claros ejemplos del viaje al pasado en que vivimos, pero son los pequeños detalles los que dejan ver la bajeza de nuestro psique y cómo Freud, al final, tenía razón.
A nadie se le escapa que Berlusconi es un hombre conservador, MUY conservador, y machista, especialmente machista, que sigue viendo a las mujeres como simples objetos al servicio del hombre, pero de ahí a tapar un seno en un cuadro hay un paso muy grande. Entiendo que si no le gustaba la reproducción del cuadro de Giambattista Tiepolo que presidía la sala de prensa del Palacio Chigi estaba en su perfecto derecho de cambiarlo por otro (no sé, tal vez preferiría a Musolini de uniforme), pero «retocarlo» para que un seno pintado quede tapado por un tupido velo es una idea un poco… de otro tiempo.
Dicen que la idea fue de los asesores de imagen de el Duce, digo, de Berlusconi, pero supongo que se habrá dado cuenta, le habrán preguntado o algo, y en algún momento aceptó que el seno no se viera desnudo, así que esta chiquita, como todas, caen para el que tiene el poder, esto es, Berlusconi.
Las razones dadas rozan el absurdo: El seno desnudo queda dentro del encuadre que se hace al Primer Ministro durante las ruedas de prensa, de manera que el seno puede ser visto en fotos y televisiones y «esa visión pueda herir la susceptibilidad de algún telespectador». ¡¡Corramos a tapar todos los libros de historia del arte, todas las reproducciones de esculturas griegas y romanas, corramos a tapar las esculturas que andan desnudas por las calles, de niños y mayores, corramos y evitemos que las limpias mentes de los niños contemplen el cuerpo humano, sucio siempre!!
Esta es una patinada mediática, que demuestra un absurdo más de un gobierno que no debería tener la batuta de uno de los países más importantes del mundo (aunque en constante decadencia). Y si nos ponemos metafísicos y paranoicos, con esto el equipo de Berlusconi ha decidido tapar la verdad (ejem, el cuadro es la representación de la verdad con el tiempo, siendo la verdad la jovencita cuyo honor quiso proteger el ilustre primer ministro tapándole las vergüenzas).
El Ejército en la calle, ¿para qué? ¿Solucionará algo? Es más, ¿la inmigración es un problema en sí misma o es un fenómeno que trae, como todos, complicaciones derivadas? Si es lo primero (visión de Berlusconi), el extremo último es echarlos a todos (después de haber tenido a muchos de ellos sin papeles y siendo explotados en condiciones infrahumanas, algo que ha legalizado Europa con sus últimas decisiones). Si es la segunda opción (como pienso que entiende la gran mayoría de la sociedad), no creo que esta medida solucione absolutamente nada, sino complica todavía más las cosas (y con armas por la calle esa posibilidad existe) ya será un logro. A saber qué es lo que quiere Silvio.
Estas son las cosas que ocurren cuando se tiene a alguien como Berlusconi como jefe de Gobierno.
Se me olvidaba, un saludo que hace ya mucho que no comento.
Salud D. Defender, qué gusto tenerlo por acá
Supongo que simplemente le hacía ilusión jugar al Gran Dictador, y tener soldados en las calles, porque si de verdad cree que se pueden solucionar los problemas de seguridad ciudadana con 3 mil soldados no entrenados para ello, tiene un problema mental grande, máxime cuando no ataca la raíz del problema (por ejemplo, la pobreza de ciertas zonas, la falta de esperanza e igualdad, etc.) y solo se dedica a pegar a gitanos rumanos (eso sí, con esto último se asegura la reelección, hay que fastidiarse).
Definitivamente Berlusconi es el principal problema de Italia en este momento. Él y los suyos, claro.
Hasta luego y gracias por el comentario ;)