Uribe quiere limpiar su elección repitiendo un hecho viciado en su origen. Quiere, por lo visto, convocar un referendo para que los colombianos, en plebiscito, aprueben repetir las elecciones bajo la misma normativa que permite la reelección, o una con más «garantías». Uribe con esto retuerce las dudas sobre el proceso electoral y hace oídos sordos, en realidad, al principal reclamo: La reforma constitucional no es legítima en tanto los votos fueron comprados.
El Presidente colombiano, Álvaro Uribe, declaró:
«El camino correcto debe ser la regla democrática (…) Convocaré al Congreso de la República para que tramite, con la mayor celeridad, un proyecto de ley de referéndum que llame al pueblo a ordenar la inmediata repetición de las elecciones presidenciales del 2006, con idénticas o mayores restricciones para el presidente, que aquellas que en su momento impuso la ley de garantías».
Como ven, Uribe no quiere enfrentarse al «vicio de inicio» de todo el proceso electoral en que él participó: La reforma constitucional que permitió la reelección y que, por lo visto, fue obtenida mediante cohecho con los congresistas.
¿Y qué si se repiten las elecciones en esas condiciones? Estamos en las mismas, el problema no es una acusación de fraude (no ahora al menos) sobre Uribe, el problema es que Uribe se presentó gracias a una ley «comprada». Si se repiten las elecciones se tendrían que hacer considerando que la reelección no está permitida, y pese a quien le pese, esto impediría la candidatura de Álvaro Uribe.
Claro que Uribe no quiere «aceptar» unas elecciones sin él, y plantear una reforma constitucional en favor de la reelección una vez el daño está hecho y es irreparable no conduce a nada (máxime teniendo en cuenta el absoluto control del uribismo del parlamento colombiano), la salida lógica es simple y llanamente la renuncia de Uribe, la repetición de elecciones SIN Uribe, y a otra cosa mariposa. Y que el nuevo Congreso vea la posibilidad de cambiar o no la normativa constitucional que actualmente permite la reelección y que fue, a todas luces, comprada.
Esta no es la salida legal, está claro, ni lo es el referendo de Uribe, pero sí es la salida política, la única que permitiría a Uribe mantener algo la cabeza en alto mientras, eso sí, se le investiga para ver si tuvo que ver con la compra de los votos a los congresistas (en el caso que lo tuviera, la acusación es grave).
Lo que propone Uribe es un Caballo de Troya, y quiere legitimar, ex post, un hecho que de inicio no debió ser válido, y eso no es permisible ni aceptable, quiere limpiarse mediante referendos, cual dictadorzuelo de país bananero. Miren, como Fujimori en su momento con todo el circo del Congreso Constituyente y la madre que le trajo. Igual.