Para el presidente del Congreso ahora toca ratificar el Tratado y terminar de decidir sobre las leyes de compensaciones a los sectores que saldrán perjudicados con el TLC, porque, señores,los defensores del SÍ saben que esto no es bueno para todos, el oficialismo que es bueno para la mayoría, pero hay sectores que se resentirán y por tanto hay que apoyarles económicamente para que no perezcan en el tratado.
Una pugna curiosa es sobre los azucareros, si necesitarán o no compensación, un lado dice que sí y otro dice que no… El APRA dice que los azucareros necesitarán compensaciones, mientras que desde el oficialismo dicen que eso no está nada claro, que no se sabe "cuá será el efecto del ingreso de la fructuosa americana" (palabras de Alfredo Ferrero, ministro de Comercio Exterior), ahora, el puntazo en todo esto, es que los azucareros están, sobre todo, en el norte costeño, esto es, en bastión aprista. ¿Una muestra más de clientelismo por parte del APRA? ¿Es que conocen mejor la zona? De cara a la galería la defensa de los azucareros queda genial, seguro que mantienen muchos votantes entre los mismos.
Toledo hace lo posible para que este tratado salga adelante, quiere dejar un "regalito" al próximo presidente, quiere ir a EUA y convencer al parlamento gringo que ratifique el tratado, quiere muchas cosas este sujeto ("Yo me seguiré fajando para ir a persuadir al Congreso norteamericano para que lo aprueben allí y lo dejo de regalito a nuestro país y al próximo presidente"), que dentro de un mes ya no será el Presidente, que podría dejar al próximo presidente la iniciativa de apoyar o no el TLC, porque aunque está en sus planes un TLC con EUA, está claro que García no quiere este TLC (por más que parezca que no tenga mucha idea del proceso de formación y aprobación de Tratados Internacionales).
A Toledo le obsesiona el tema, le trae loco la verdad. Sí o sí, otra vez muestra del quiero pero no puedo que es tan típico en el Presidente, si una idea se le mete entre ceja y ceja hará lo posible para que salga adelante, no importa el contenido de la idea, no importa qué apoyo tenga, no importa, realmente, los beneficios de la misma, lo que más interesa es, sin lugar a dudas, que su nombre figure como el que lo consiguió, como aquél que firmó y ratificó un TLC. No importa hipotecar a un país que ya no comandará, en el que su fuerza política sólo contará con dos escaños, nada de eso importa, habrá conseguido que su nombre figure en un instrumento internacional de la importancia del TLC.
Es el próximo Congreso, de la mano del próximo presidente, el que debe decidir si ratifica o no ese TLC, si intenta renegociar algunos puntos negativos antes de la ratificación (porque después o durante es imposible), y si se lleva el TLC a un referendo para que sean los electores peruanos, o sea, nosotros, los que decidamos el futuro del país. En todo caso, está claro que las fuerzas actuales en el Congreso no se parecen mucho al próximo legislativo, con eso en la cara no podemos pensar que el actual congreso está legitimado (que sí es legal, que eso no lo discuto) para aprobar el TLC, y Toledo ha actuado peor que el malo de una peli de dibujos animados al firmar en medio proceso electoral el Tratado, y ahora forzando a su grupo parlamentario a sacar adelante el TLC, con el visto bueno de la derecha peruana en general. Señores, ustedes ya no tendrán el mando, no definan lo que podrá y no podrá hacer el próximo gobierno desde antes de su llegada al poder.
Mientras tanto, Ollanta Humala anuncia protestas contra el TLC el 28 de Junio, que está dentro del rechazo de millones de peruanos al TLC, estos de forma radical, este TLC de ninguna manera, lo consideran un mayor mal que la pérdida de las concesiones hechas por los gringos mediante la Ley de Promoción Comercial y Erradicación de la Droga (ATPDEA por sus siglas en Inglés), que vence este año (ya saben, esa Ley que nos hacía ciertos favores comerciales quitando ciertas aduanas -sobre todo para productos textiles- en cambio a que les dejemos ayudar contra el narcotráfico o, en todo caso, meterle más caña a los "narcotraficantes"). Y ésta es la primera fuerza en el que será un parlamento nuevo (sin estrenar aún). Por no decir que el APRA insiste en que el TLC como está no debe aprobarse (segunda fuerza del actual y del próximo parlamento).
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