Pequeño y breve repaso sobre los primeros años de La Violencia en el Perú

En Junio de 1978 el gobierno dictatorial avisa a los partidos políticos que participarían en las elecciones para el Congreso Constituyente (que marcaba la transición hacia una democracia) sobre la existencia de un movimiento subversivo, que para el Gobierno debía ser atajado empleando la fuerza represiva del ejército, aunque esto ocasionara una “mala imagen” del Perú en el extranjero. El gobierno teme una insurrección de tendencia izquierdista.
Poco después, en Septiembre de ese año, se cometen atentados contra líderes izquierdistas, son reivindicados por la “Alianza Anticomunista Peruana”, los políticos y medios de comunicación comienzan a rechazar en masa esta aparición del terrorismo en un país demasiado inestable como para echar más agua al cántaro.

Aunque desde el gobierno se teme más a las fuerzas subversivas de izquierda, se considera que los troskistas enviados por la IV Internacional tienen como objetivo apoyar al partido liderado por Hugo Blanco. Poco tiempo después, el primero de marzo del 79 muere un dirigente del SUTEP del Callao cuando iba a ser detenido por dos policías (en "extrañas circunstancias").

En 1980, en Mayo, el Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso “pensamiento Gonzalo” (partido que se considera «marxista-leninista-maoísta», donde el tal “Gonzalo” es el propio Guzmán, que se autoconsideraba “Cuarta espada del Marxismo”) inició la llamada “guerra frontal” contra el Estado, que fue el inicio de la violencia interna “armada”. Se considera, adelantando un poco las conclusiones, que el 54% de los muertos o desaparecidos son causados por Sendero Luminoso (SL en adelante). En ese momento, SL contaba con unos 540 militantes y simpatizantes. Como decíamos, el 17 de Mayo en Chuschi (Ayacucho) cinco encapuchados entran en el local donde se guardaban las ánforas y padrones para las próximas elecciones presidenciales (primeras en 17 años) y quemaron once de ellas, SL reivindica como propio el ataque que no merece más que unas líneas en los periódicos centrales. Cuatro de los asaltantes fueron capturaros. Se inicia una época en que SL actúa básicamente en el norte de Ayacucho, en parte de Apurímac (Andahuaylas) y en Huancavelica. Comienza la llamada “Guerra armada sin armas” donde el SL comienza a robar el armamento y dinamita que usará en el futuro. La idea es crear grupos guerrilleros. En el 82 se oficializa el “Ejército Guerrillero Popular”, que es respondido a finales del mismo año por el ejecutivo habilitando al ejército para entrar como actor antisubversivo.

En Septiembre se dio el primer apagón en Lima, las acciones de SL pasaron de ataques a puestos policiales y autoridades locales en municipios pequeños del interior de Ayacucho a volar torres de alta tensión del sistema de interconectado de la Central Hidroeléctrica del Mantaro, en la Sierra Central, siendo la más grande central productora de energía eléctrica del Perú. Comienza el vacío del poder en las zonas más atacadas.

A comienzos del 82, SL ataca la cárcel de Huamanga, liberando a más de 300 presos, de los cuales unos 70 eran senderistas. El gobierno responde de forma desproporcionada, fuerzas de la entonces Guardia Civil matan a dos detenidos senderistas que, además, se encontraban heridos. Sus entierros fueron multitudinarios. Los ataques a torres eléctricas, sobre todo en Lima, iban en aumento, de las 9 derribadas en 1981 se pasó a 107 en 1985.

En 1982 aparece el MRTA (es fundada y tiene los primeros actos, como formar escuelas político – militares en Lima, asaltar bancos y algunas acciones para armarse), en 1984 comienza su actividad guerrillera como tal. Se proclaman como la alternativa a SL, que, según ellos, conduciría a la derrota al movimiento revolucionario. Responsable de un 1.5% de las muertes y desapariciones del conflicto interno. Intentó actuar de forma clara, al estilo de otras guerrillas latinoamericanas, siempre reivindicaba sus actos, decía sólo atacar a las “fuerzas represoras” del Estado y que no asesinaba población civil inocente. Aunque uno de los medios de financiación que mantuvo en todo momento fue el secuestro y el asesinato. Pero en menor medida, claramente, que los otros dos agentes de la violencia en el Perú, SL y el ejército peruano.

De todas formas, el proceder del MRTA era totalmente distinto al de SL, en 1985 ante el triunfo del APRA declararon un alto al fuego “parcial”, puesto que continuaron los ataques contra “blancos imperialistas” (cuando EUA bombardeó Libia en 1986, el MRTA puso un coche bomba en la residencia del embajador estadounidense) y fuerzas del orden agresoras. En agosto de 1986 ante la desilusión de las medidas adoptadas por el APRA, el MRTA retorna a las actividades contra el gobierno, acaba con el alto al fuego. Como breve adelanto, se toma como un antes y un después la toma de la residencia del embajador japonés en 1996, para muchos eso marcó el desprestigio final de la guerrilla emerretista.

En 1986, ya durante el gobierno de García, hubo unos motines en Lurigancho, El Frontón y Santa Mónica, reprimido por las fuerzas armadas, con un saldo de 244 muertes.

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Lo que acaban de leer es la parte de introducción histórica de la ponencia que hice para las Primeras Jornadas de Debate sobre América Latina (acá la crónica del día de la ponencia que realicé), por eso tiene un par de referencias a un futuro que en este artículo no se llega a tratar, y que ya subiré más adelante. Me pareció importante subir este pequeño resumen de esos primeros años de Violencia en el Perú a raíz de la entrada de ayer, esas fosas donde están unos cuantos ejecutados extrajudicialmente en el tercer año de esa nueva "Democracia"…

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