Hoy toca meterse con las religiones más fundamentalistas, con las más excluyentes, con las de normas más absurdas para sus fieles que no ayudan en nada el propio desarrollo de la persona y que eso de la libertad les huele mal. O mejor dicho, no con esas religiones en abstracto, sino con esos que se toman todo al pie de la letra, los fanáticos (que los hay hasta en las casas más limpias). Los musulmanes tienen prohibido el alcohol (al menos algunas formas del mismo), y en países como Malasia se lo toman muy en serio, eso parece después de que se condenara a azotes a una musulmana por beber cerveza hace nada, y donde el principal partido de la oposición, el integrista Partido Islámico Panmalasio (que califica al gobierno de laico y antiislámico, cuando el mismo no lo es) quiere prohibir la venta de alcohol en el país (para islamistas y no islamistas).