El sistema educativo tiene una serie de objetivos que pueden, además, coayudar en distintas políticas, sirve tanto para la alienación de los estudiantes como método de inclusión social, sirve tanto para nutrir el mercado de trabajo de personal cualificado (quitando el peso de la formación a las empresas, esto es, evitando que inviertan de forma directa en capital humano y facilitando sus filtros en la búsqueda de trabajadores) como para construir una sociedad crítica y libre desde el conocimiento. También sirve, o puede servir, para la exclusión social, para la diferenciación de los trabajadores y para perpetuar una sociedad con poca movilidad social, esto es, para estancar aun más las clases sociales. Corresponde al gobierno (a los distintos gobiernos) el usar de una forma u otra el sistema educativo, y refleja también el modelo de sistema que quieren, esto es, desde las medidas concretas podemos ver las políticas subyacentes (si lo que se busca es más el tema de cubrir necesidades del mercado de trabajo, si se busca más la inclusión, si, en cambio, se apuesta por la exclusión, etcétera).