No a la propuesta de Alan García de publicar la lista de los liberados que pasaron por la cárcel con la acusación de terrorista. Me causa una gran preocupación las nuevas cazas de bruja del presidente García, que ya lleva un tiempo echando la culpa de su mala gestión e incapacidad a otros (y, curiosamente, a gente que no tiene una posición de poder), quiere plantear. García habla, sin más, de entregar a los ciudadanos las listas de «liberados» para que la gente «conozca a sus vecinos», no hace distingos entre quienes cumplieron sus penas (y no debieran ya ser perseguidos), los injustamente castigados (casos a patadas, ya sea por juicios mal hechos o porque se les condenó sin pruebas por esos jueces sin rostro que impartían castigos y desconocían la palabra justicia). A la par, García recuerda que quiere pena de muerte.