Fuerza Social se presentaba como socialdemócrata e izquierda liberal (¡menudo oxímoron!), esa suerte de «centro izquierda» que tira al «centro», como la cabra al monte. Ni sus colores eran los carmesís, ni querían que lo fueran: eran una alianza variada con el partido de la lideresa en el centro de la descentralización. La derecha, tan abundante y llena de caras como está, nunca terminó de abrirle los brazos, más bien ninguneó a FS (por otro lado, normal teniendo en cuenta los resultados electorales previos). A la izquierda encontró algunos amigos -tampoco vamos a exagerar en su cuantía o capacidad movilizadora de voto- y por esos lances del destino la alianza y el partido consiguió colocar a una persona al frente de la Alcaldía de Lima, ni más ni menos, venciendo a la candidata de UN (que, al igual que la de FS, previamente había sido candidata presidencial). Ni bien la reina verde era coronada, le salieron revocadores hasta debajo de las piedras. No pudieron con ella -Susana Villarán recibió apoyo de sectores que no habían votado por ella, el enemigo del enemigo es tu amigo-, pero con sus «rojos aliados» sí, (casi) todos cayeron. Pero toda esta historia ustedes ya la conocen. Mientras tanto, el JNE canceló la inscripción de FS por sus resultados electorales a nivel nacional (junto con otras once formaciones).
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Socialdemócratas de fiesta, nuevo partido en Perú
Y no por lo de Argentina… Me entero gracias a una entrada de José Alejandro Godoy, «Nueva propuesta, nuevos retos», del nacimiento de un nuevo partido político, suma de algunos movimientos regionales (siete partidos regionales y uno distrital) y el Partido Democracia Social (que presentó a la presidencia en el 2006 a Susana Villarán). El reto es grande para este nuevo partido que aún no tiene nombre (en debate, junto con el ideario, logo, programa, organización, plan de acción política y estatutos, según la propia Villarán), buscan un partido nacional «descentralizado y descentralista» que aune la política nacional y la local (tan divorciadas en Perú, miren el mapa político peruano y se darán cuenta de esta gran separación) donde los partidos regionales o distritales jamás han conseguido dar, realmente, el salto a la política nacional (con sendos fracasos en algunos movimientos que contaron con cierta fuerza local) y donde los partidos nacionales no han sabido ser representativos en las regiones. Y por ello se inventaron cosas como la valla nacional (para mantener el poder de los partidos nacionales «establecidos» o «grandes» sobre los movimientos regionales y las minorías, pero me escapo del tema).