La Plaza Mayor de Salamanca es una de mis preferidas entre las plazas principales que conozco, cuadrada y cerrada, barroca toda ella, ya con unos cuantos siglos encima (del XVIII), tal vez, y solo tal vez, le falte un «algo» en el centro, pero lo compensa con creces por la arquitectura barroca que rodea un espacio amplio (en el pasado estaba cruzado por calles, tenía jardines y algo en el centro -no recuerdo qué-, pero ya desde hace un tiempo solo tiene bancos y farolas, y mucho espacio), siempre llena de gente y actividades, con las terrazas invadiendo parte de su suelo, con todo tipo de negocios y bares, tanto en la planta baja como en la «primera» (que es la segunda, según cómo contemos). Es asimétrica, llena de entradas, escudos y, sobre todo, medallones. Los medallones son tanto de personajes reales (reyes, nobles y otros personajes más o menos relevantes) como «ficticios» (están alegorías a la primera y segunda república), y no son «estáticos», a lo largo del tiempo se han ido incorporando bustos a dichos medallones (varios son tan recientes como del 2005), y aun quedan lugares vacíos. En el «pabellón real» (esto es, en todo el lateral de los reyes) se encuentra un medallón dedicado a Francisco Franco (es el más distinto de todos los medallones), medallón puesto en 1936 con el lema «Franco Caudillo de España» (durante el primer año de la Guerra Civil Franco tuvo como base la ciudad de Salamanca). Como se pueden imaginar, ese medallón es harto polémico y por no poca gente (contando el movimiento republicano y la izquierda en general) se pide la retirada de tamaño honor para el dictador (desde el 2005 el ayuntamiento se niega diciendo que ya hay alegorías a la primera y segunda república en la Plaza Mayor). Aprovechando que el Tormes pasa por Salamanca la tira de Igualito del sábado pasado desarrolla una «conversación» entre el medallón de Franco y nuestro intrépido héroe (tira 35). (No sé si se acordarán, pero entre finales de 2006 y principios de 2007 tuvimos una tira protagonizada por el medallón de Franco, en donde aparecieron otros, como el de Unamuno y la primera república.) Como decíamos ayer, Salamanca Culta, Limpia y Republicana.
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Javier Valle Riestra, entre el caudillo y la cosa juzgada
«Donde la arquitectura fujimorista, se quiere tener preso al arquitecto de esa obra», Javier Maximiliano Alfredo Hipólito Valle Riestra y González Olaechea, ex presidente del Consejo de Ministros
Javier Valle Ristra (como se conoce «en corto» al histórico aprista que dirigió un gabinete de Alberto Fujimori, y defensor de éste de forma pública y notoria) ha sido entrevistado por Beto Ortiz esta mañana en «Abre los ojos»), el constitucionalista que se salta el Estado de Derecho cuando le viene bien (porque este no solo es la carta magna, es todo el ordenamiento) dejó unas cuantas perlas de su visión del mundo (la cita de arriba es un ejemplo de cómo construir falacias) y sobre cuándo y por qué se producen las amnistías e indultos (y ese pedido de amnistía, es curioso cómo cuando lo plantea MOVADEF es lo peor del mundo, y cuando alguien como JVR lo dice nadie pone el grito en el cielo, cuando los efectos son los mismos. ¿tal vez porque JVR solo pretende amnistiar a algunos y MOVADEF a todos? Y eso que JVR habla de algunos militares golpistas como presos político-sociales, no presos comunes, con todo lo que ello significa)… Algunas cosas son tan tautológicas, como cuando dice que la Corte Suprema absolvió a alguien, es una absolución correcta, porque la CS lo absolvió, sin necesidad de conocer el caso, dice… ¿por qué? ¡Como si no hubiese errores tanto de condenas como absoluciones! En fin, pero nada de eso quería hablarles, sino de un detalle menor, la verdad, pero que me llamó la atención, declaró el jurista: «Yo fui perseguido por la dictadura militar de Fujimori, quisieron extraditarme, España presi… en el Consejo de Ministros presidido por el propio Caudillo, Francisco Franco, atención, este… cuando vieron mi caso decidieron rechazar la extradición, yo a ellos les había un poco como, como, como un izquierdista, como un rojo, pero no les importó, y yo me dediqué a hacer defensas».
Represión lingüística: El castellano como único idioma válido durante el franquismo
Hace ya bastante tiempo discutí con otro peruano sobre la censura en la España franquista, él aseguraba que esta no existió, al menos no como se la pinta, que no hubo tal nivel de persecución a la izquierda y que esta mantuvo sus medios de comunicación, para él la prueba era una serie de publicaciones anarquistas que encontró en un archivo-museo. ¡Como si no existieran las publicaciones clandestinas! Mundo Obrero, sin ir muy lejos, se siguió imprimiendo en toda la época de la dictadura, pero si te pillaban con un ejemplar del mismo, sobre todo hasta mediados de los sesenta, ibas directo a la cárcel, sin pasar por el juzgado. Algo así pasa con el «mito que no es un mito» de la persecución de todo idioma que no fuera el español durante el franquismo.
No debemos olvidar si queremos perdonar
[[Publicado originalmente en De Igual a Igual]]
La única forma de poder perdonar y reconciliarse con el otro, es a través de la memoria
El Arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal española, Rouco Varela, volvió a arremeter contra la Ley de la Memoria Histórica y todo el movimiento que pretende, como poco, dignificar a las víctimas de la Guerra Civil al menos sacándolas de las fosas comunes y dándoles sepultura. Al arremeter contra la norma introdujo un nuevo argumento: «A veces es necesario saber olvidar«. Encima lo que quiere decir es que «el agraviado olvide»…
¡Que le quiten el honor!
La asociación «Unidad Estudiantil» (Une) ha conseguido que el Claustro de Doctores vote una propuesta para rechazar la concesión del Doctorado Honoris Causa al Dictador Francisco Franco, según informa Manuel Ruíz en La Voz de Salamanca. La reivindicación es justa, el título honorífico no es tal mientras la academia que se lo concedió estaba totalmente sometida a la fortísima dictadura franquista, las asociaciones de izquierda de la universidad llevan tiempo en la batalla para conseguir que al menos se vote el tema, que la universidad se vea obligada a justificar por qué se mantiene tan gran honor a un hombre que los tribunales no juzgaron, pero que la historia ha condenado hace ya bastante tiempo. UnE, con razón, se felicita, y agradece a todos los que apoyaron con su firma (o de la forma que sea) la clara petición al consejo de gobierno: Echen a Franco de la Universidad» (ese Franco cuyos lacayos gritaron el tristemente famoso «muera la inteligencia» justo en Salamanca).
¿Hasta nunca Cara de Piedra?
En De Igual a Igual, durante un tiempo, tuvimos una tira cómica (permítanme llamarla así) en que Franco hablaba. La imagen de dicho Franco es una foto de un busto en la Plaza Mayor de Salamanca (donde hay una serie de personajes de distinta importancia, y otras alegorías varias, entre las que se encuentran unas de la segunda y la primera república), en otras palabras, Franco está entre los ilustres que adornan la plaza más importante de Salamanca. Este es uno de los cientos de ejemplos que se pueden ver, aún hoy, en toda España. Franco sigue presente, el franquismo dejó una huella fuerte, y los homenajes (nombres de calles, hospitales, y demás) dados a represores siguen en vigencia. Y al parecer, por fin, las distintas administraciones estarán obligadas a cambiar dichas referencias al franquismo. Uno de los puntos de la Ley de la Memoria Histórica impondrá dicha obligación.