La cosa se fue de madre y en La Parada un grupo de personas arremetieron contra la policía que intentaba desalojar el lugar,dejando una buena cantidad de heridos (y no solo entre los partícipes directos de la batalla campal), y muriendo dos personas (en contra de lo indicado inicialmente, los dos muertos corresponden a civiles), y estando en estado grave unos cuantos policías. Existe, claro, una «mafia» en La Parada, un ánimo de imponer una ley propia mediante la violencia, y existe, claro, una responsabilidad política, tras un día de «nadie sabe dónde está» finalmente Susana Villarán, la alcaldesa de Lima, dio un paso al frente para asumir el coste político de la operación fallida para «recuperar» La Parada del crimen que ahí campa a sus anchas.