Termina siendo más difícil pagar una multa que pasar una coima. Es el colmo, ni aunque les digas «ponme la papeleta» lo hacen, ellos no quieren cumplir con su deber (máxime cuando te detienen sin siquiera haber cometido falta alguna, pero bueno), quieren el sobresueldo llamado soborno, y encima no les podemos culpar. En Perú muchas veces es más difícil cumplir la ley que pagar para saltársela.