¿Pero a alguien le sorprende que los votos estén en venta? ¿Que los congresistas se chantajeen los unos a los otros? ¿Que existan grupos de poder que, finalmente, hacen «variar» las decisiones de nuestros representantes? ¿De verdad alguien se sorprende de que el sistema realmente no funcione? ¡Pero si está claro que no lo hace ni lo hizo nunca! Se puede argumentar que es, entre los malos, el «menos peor», pero eso no significa que sea óptimo, bueno, o que no debamos reemplazarlo e intentar otros sistemas. ¿Qué estoy diciendo? Bueno, un escándalo más en el Congreso de la República del Perú: Legisladores que graban a otros pidiendo sobornos a empresarios para tráfico de influencias, legisladores que graban cómo se retiran denuncias ante la comisión de ética tras «arreglar» acusaciones graves por lo bajo y cómo el que quiere ser presidente de la cámara se esfuerza para «comprar» votos. Nada fuera de lo normal, lamentablemente.