Uno de los sitios donde más se vulneran los derechos de las personas, sin lugar a dudas, son en las instalaciones de detención, donde los ajusticiamientos, palizas y todo tipo de torturas acompañan a verdaderos delitos de omisión cuando se permite que los presos, detenidos y demás, se den de palos entre sí. Déjalos que se maten entre ellos, muchos piensan, si están ahí es más fácil que le peguen un tiro y no nos salga tan caro, dicen con total desprecio al sistema que mantienen y defienden, con asco por la vida humana en la que luego se escudan. ¿A qué viene esto? «El burrier mexicano muerto en la Dirandro no se habría suicidado», titula El Comercio.