En fin, que al haber más control sobre las ejecuciones el número de las mismas debiera reducirse, pero esto no es ni mucho menos suficiente teniendo en cuenta que China mata entre 8 mil y 10 mil personas al año justificando la ejecución por delitos tales como robos, proxenetismo, corrupción y otros tantos delitos (más de 60, según El País) que se cobijan bajo la sombra de la pena de muerte.
Es un pequeño paso para los defensores de los Derechos Humanos, muy pero que muy pequeño. Pero dando pasos, por pequeños que sean, se anda. Lento, eso sí.
Por cierto, con todas las ejecuciones que hay y el índice de delitos no es bajo precisamente… ni tiende a la baja. Entiéndanlo, defensores de la muerte, no sirve de nada pegar un tiro a alguien que está en custodia, absolutamente de nada (más allá de fastidiar a la familia del ejecutado). Los argumentos son mil y un en contra de la pena de muerte, y en Perú seguimos el paso de ampliarla. Manda narices.
Sobre la pena de muerte en esta bitácora tienen: