Que el señor Edwin Donayre Gotzch guarde buena opinión de La Razón no me preocupa, no de ciudadano a ciudadano, que Donayre, General del Ejército, mande una carta con membrete oficial a La Razón para «felicitar» el «papel» de ese diario en todo el tema del conflicto armado interno, máxime teniendo en cuenta lo que fue La Razón durante el fujimorismo del que no se ha distanciado y de la defensa, a fin de cuentas, de los crímenes de Estado, me indigna y me preocupa a la vez.
Bajo el título de «El Ejército busca el camino de verdadera reconciliación» en La Razón recogen la carta oficial que paso a reproducir:
Señor
Uri Ben Schmuel
Es sumamente grato dirigirme a Ud. para manifestarle el reconocimiento de los hombres y mujeres integrantes del Glorioso Ejército del Perú, por su trabajo profesional en la que con pluma ágil y fresca esboza pensamientos claros y objetivos, fomentando un periodismo sano y digno que forme opinión sensata en todos los peruanos.
Compartimos con Ud. ese sentimiento de indignación y frustración por el intento de algunas organizaciones de “poner de rodillas al Estado peruano”, se fortaleció al leer el artículo “Quien siembra vientos”… de la columna del diario “La Razón”. La defensa cerrada que, a través de su pluma realiza a los hombres y mujeres, civiles y militares, que hicimos uso legítimo de la fuerza contra quienes se levantaron en armas para imponer su ideología por el terror y darle al Perú la paz y seguridad que hoy todos gozamos, nos motiva y fortalece nuestro espíritu y moral para cumplir con la sagrada misión de garantizar la Defensa Nacional.
El Ejército realiza los mayores esfuerzos por encontrar el camino de la verdadera reconciliación nacional, sin polarizaciones, sin iniquidades, con justicia; contribuimos con nuestro trabajo diario para alcanzar una reparación colectiva a las víctimas tanto civiles como militares y pedimos que el peso de la ley recaiga de manera individual contra aquellos que la violaron, respetando la institucionalidad del Ejército.
Atentamente,
Edwin Donayre Gotzch
General del Ejercito
Comandante General del Ejército
No voy a entrar a valorar si Uri Ben Schmuel dirige un periódico «objetivo» (no creo en la objetividad y menos en los medios de comunicación) pero sí en indicar que no es un diario veraz ni mucho menos, que no hace un periodismo sano (¡todo lo contrario! es el ejemplo de amarillismo y prensa en venta que ningún medio debe seguir) y, por último, el papel de La Razón en Perú dista mucho de «formar opinión» ya que, entre otras muchas cosas, no deja espacio para el debate (algo que sí podemos indicar de otros medios peruanos, que al menos no acusan de terrorista a todo aquél que discrepe con la línea editorial). Dentro de los diarios peruanos, La Razón es de los que más dejan que desear. Peru bueno, sobre La Razón como tal no diré mucho más, recomiendo eso sí las entradas de ocraM y de José Alejandro Godoy sobre el tema: «Donayre felicita a diario montesinista» en El Útero de Marita y «La Prensa del General Donayre» en Desde el Tercer Piso.
Me preocupa y me indigna la postura de quien puede ser el próximo Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y que ya es Comandante General del Ejército, me preocupan sus palabras, y me preocupa que haga que sus palabras sean la de toda la institución militar del Perú, me indigna su ceguera, que un líder, que encima porta armas y manda ejércitos, no pueda ver más allá de su propia nariz.
«[Los militares] hicimos uso legítimo de la fuerza contra quienes se levantaron en armas para imponer […]» dice Donayre sin despeinarse. No sé qué tan adecuado puede resultar el uso del ejército en temas internos de un país, pero lo que sí resulta innegable es que cuando se usa más fuerza de la necesaria se sale de la legitimidad del uso de la misma. ¿Podemos decir que el ejército, en términos generales, se «excedió»? Sí, no sólo hubo casos «particulares» sino que todo lo hecho pasó en clima de impunidad (y hablo también de los dos gobiernos anteriores a Fujimori) y de matonismo extremo, donde los mandos del ejército aprobaban ajusticiamientos, las prácticas de tortura y demás que nada tiene que ver con el «uso legítimo de la fuerza». Las fosas comunes cavadas por el Ejército y que la propia institución avaló y protegió son un ejemplo de la indignidad de nuestras fuerzas armadas durante todo el conflicto interno, de los crímenes sistemáticos que quitan la legitimidad en cómo se usó la fuerza.
«[…] El Ejército realiza los mayores esfuerzos por encontrar el camino de la verdadera reconciliación nacional, sin polarizaciones, sin iniquidades, con justicia […]». ¿Qué justicia? ¿El fuero militar que durante años lo que hizo fue impedir que se castigue a los culpables de masacres? ¿Quitar toda responsabilidad sobre los mandos medios y altos? ¿Aplicar teorías de la «obediencia debida» para que el castigo al perpetrador de un crimen de lesa humanidad sea irrisorio? ¿Qué reconciliación? ¿La que sigue acusando a todos los que no piensan como el ejército de traidores a la patria y terroristas? ¿A los que siguen manteniendo la cualidad de terroristas a ajusticiados sin juicio previo o demostración de su pertenencia a grupo terrorista? Cuando dicen que son ellos (el Ejército) quienes buscan la reconciliación nacional sin iniquidades están tildando al resto de injustos, cuando hablan de «sin polarizaciones» se olvidan que ellos son uno de los polos, y que no pueden ser juez y parte. Cuando hablan de justicia y reconciliación se olvidan de cómo fueron favorecidos por leyes de amnistía que debieron, como institución, rechazar.
Donayre hace bien al pedir «castigos individuales», pero mal al exigir que se eleve a sagrada la «institucionalidad del ejército», no solo porque tenemos todo el derecho de cuestionar una institución que de por sí funciona mal, si no también porque el Ejército, como institución, permitió en gran medida el uso ilegítimo del a fuerza entre sus comandos y porque se alió, como institución, al ahora procesado Alberto Fujimori en dueto vocal con Vladimiro Montesinos. ¿Que el ejército ya no es tal institución utilizada por el Gobierno para acabar con los opositores de manera brutal y que cometió crímenes de lesa humanidad durante la lucha contra el terrorismo? Es posible, pero aún tiene en su cúpula a personajes como Donayre, que firman con membrete oficial cartas como la presente, que no hacen más que manchar al ejército como institución. Como institución no están libres ni de la crítica ni de la podredumbre que arrastran de tiempos pretéritos.
Que Donayre guste de La Razón me da completamente igual, que Donayre sea tan ciego me parece peligroso para alguien que ocupa su posición y que será el «jefe casi máximo» de las Fuerzas Armadas, pero se salva si «acata las órdenes» del Presidente del Gobierno de turno (otra pieza el que tenemos ahora), pero que Donayre felicite, en nombre del Ejército y bajo firma oficial, a un diario como La Razón deja mucho que desear y se inscribe dentro de la campaña de acoso realizado por muchas instituciones, partidos y demás contra los derechos humanos en general, y contra la CVR en particular. Y eso resulta excretable. E impropio de un general abrir así la boca, además.
http://otravezandres.blogspot.com/2008/09/el-mundo-nos-escucha.html
Salud
Qué bueno :). Gracias por el enlace (hoy le veo con humor y repartiéndolo :D).
Hasta luego ;)