5 a 1. Un gol de Mendoza que sólo maquilla una patética actuación del combinado nacional. ¿Y así queremos conseguir un puesto para el mundial? Qué lejos están los tiempos en que Perú dejaba todo en el campo, miraba de igual a igual a los contrarios y al menos tenía posibilidades para clasificar a un mundial. Siempre igual, un partido ilusionante (para los que seguimos siendo inocentes) que ni siquiera conseguimos ganar seguido de un jarrazo de agua fría que nos devuelve a nuestra nimia realidad.
¿Qué más se puede decir? Empate en Lima contra Paraguay, uno de los «rivales directos» de Perú. Empate imperdonable en casa. Derrota en Chile por 2 a cero, y suerte, mucha suerte, no haber regresado con el arquero hecho un colador. Puntos para otro de los rivales directos. Uno a uno con Brasil en casa, tal vez el único resultado «positivo», esto es, no perder con Brasil siempre es bueno, aunque el partido fuera en casa (¿cuándo jugaremos contra Brasil en Cerro de Pasco?). Y hoy Ecuador nos recuerda que en Quito somos sus hijos. Sin más.
Ecuador llevaba once goles en contra y tres partidos perdidos. Ese ecuador ha decidido resucitar apaleando a Perú (que al menos en tres partidos sólo habíamos recibido tres goles). ¿Se acuerdan de Colombia la vez pasada? No ganaba ni al Tato hasta que jugó contra Perú en Lima. Gracias a este partido, Ecuador deja el farolillo rojo y se coloca octava, y manda a Perú a la novena posición. Si no fuera por lo mal que lo está haciendo Bolivia, Perú debiera llorar sus penas en el último puesto de la clasificación. Novenos. De diez. Y tenemos el honor de ser el equipo que menos goles ha metido, y uno de los dos únicos que tras cuatro jornadas aún no sabe qué es ganar.
Y tenemos un buen equipo, tenemos gente que sí sabe jugar al fútbol. Pero cuando se ponen la camiseta de Municipal con el escudo del Perú deciden que eso de patear un balón no es lo suyo, y extrañan en palo de golf o a las golfas (no lo sé ni me interesa) y se olvidan de que, ante todo, deben jugar como equipo, y que la camiseta está para ensuciarla y sudarla, no para que la devuelvan como si no se la hubieran puesto.
¿A qué juega Perú? ¿A no recibir goles? Y una vez que nos cascan dos… ¿Por qué se mantiene el patético esquema? ¿Por qué se esperó hasta el cuarto para fingir una reacción? Patético. Si seguimos así, olvídense de clasificar a nada y comencemos a rezar para no quedar últimos. Lo de Brasil fue pura casualidad, y sólo nos rindió un punto.