A IU le crecen los verdes

Éramos pocos y parió la abuela, nuevamente… Los partidos «verdes» o «rojiverdes» en España están cobrando fuerza, muchos de ellos vivían bien o con el PSOE (más de una vez en municipales se han presentado juntos, o les han apoyado en las generales) o con Izquierda Unida (la alianza IU-ICV como mejor ejemplo, pero también las innumerables corrientes «rojiverdes» en IU, o las coaliciones electorales puntuales). Ahora el ex dirigente de Greenpeace España, López Uralde, encabeza el nuevo proyecto «Equo», por ahora una fundación con vistas a ser partido (ya no son los partidos los que crean fundaciones, sino fundaciones -financiadas parcialmente por otro partidos extranjeros los que crean partidos-), y si eso, a confluir en el invento «rojiverde» y federalista de «Espacio Plural».

Los «verdes» crecen, crecen a nivel europeo (cada vez sus formaciones adquieren más presencia, sea en Alemania o en el Parlamento Europeo), crecen en España y, como treintañeros en estos pagos, ya salen de su casa (como pasó en Valencia y Baleares con Iniciativa del Poble Valencià e Iniciativa Verds, que abandonaron IU) para vivir solos, en pisos compartidos más bien (esta confluencia de movimientos «rojiverdes» en, tal vez, una única plataforma). No quieren matrimonios tradicionales, apuestan por el arrejuntamiento bajo unas siglas que sumen votos.

Así en Equo podemos ver algunas ilustres caras hasta hace nada de IU, como Reyes Montiel, que hace unos meses dejó su escaño en el parlamento madrileño, conseguido por IU, para ahora presidir Equo, o Joaquín Nieto, que escoltaba en la lista a Llamazares por Madrid en las pasadas generales, ahora patrono de la fundación Rojiverde, o Pepa López, ex coordinadora de Ezquer Batua en Bilbao y ex jefa de prensa del Grupo parlamentario de IU en el parlamento madrileño (hasta el año pasado), también patrona de la fundación… Y así habrá más, no solo en la cúpula, sino en los apoyos y demás.

La refundación de Izquierda Unida parece que llega tarde para ellos mismos, una parte importante, a su izquierda, se fue ya hace un tiempo (Corriente Roja y la ahora Izquierda Anticapitalista como dos buenos ejemplos), otra parte, la verde, con la que vive en coalición (como en Cataluña con ICV o en Asturias con LVA), se le escapa, como se le escapó el europarlamentario electo por la coalición IU-ICV en los pasados comicios a un grupo extraño, formado por el Partido Verde Europeo y la Alianza Libre Europea (que ya me dirán qué rayos tienen que ver con los verdes y por qué estos, con tanto «rojiverde», se terminan juntando antes con los nacionalismos regionales que con la izquierda internacionalista).

Se dicen «ecosocialistas», pero rechazan la «izquierda clásica», y su espacio lo sitúan también cerca al PSOE, y si ya es difícil ver el socialismo en IU a veces (o en determinadas partes de IU al menos), no digamos ya en el PSOE, que hay que hablar con sus bases para encontrar al menos socialdemócratas convencidos. De todas formas, presentan como reivindicaciones fundacionales elementos de la centro-izquierda actual, una que no es anticapitalista, sino que insiste en esa trampa del «capitalismo con rostro humano», donde cambian lo de «humano», eso sí, por «verde». No cuestionan en sí mismo el capitalismo, sino el modelo de desarrollo actual (por ser una producción no sostenible), pero no van a la raíz del asunto, critican la «dictadura de los mercados», porque ahora se habla de «mercados», olvidándose que ellos existen porque hay capitalismo…

Pero claro, teniendo a los padrinos que tienen, pues no nos extraña, robo las palabras de Salvador López Arnal en Kaos en la Red:

«El 27 de enero de 2011, Daniel Cohn-Bendit asistirá a la puesta de largo de Equo. También Frassoni. No sé si la presencia de Cohn-Bendit es una referencia a tener en cuenta. Si lo es, mal vamos, porque el sectarismo político de Cohn-Bendit, su desprecio a otras tradiciones políticas de izquierda, su conversión en política profesional muy adaptado al sistema, es de libro.
(…)
Pues bien, ahora dicen es el momento de impulsar algo nuevo, que tome a Los Verdes alemanes, los de las alianzas múltiples sin principios dogmáticos, los que gobernaron sin grandes sentimientos de culpa con ese político entregado a los pies de los caballos llamado Gerard Schröder, los que apoyaron los ataques militares contra Yugoslavia. Ellos son el modelo. ¡Vaya por Dios!»

También la forma de hacer las cosas no ayuda en construir una idea positiva sobre Equo, no son organizaciones que nacen desde unas bases, sino unas personas con reconocidas trayectorias institucionales las que se juntan y deciden crear un nuevo partido, y es cierto que podrán dirigirlo mejor que organizaciones más horizontales, pero también lo es que se vuelven maquinarias de los egos propios de quienes las fundan por más buenas intenciones que tengan. También eso explica que tengan una política de «fichajes» de personalidades, que bien pueden venir de CC.OO., de Izquierda Unida, como del PSOE o de una serie de artistas que según sople el viento apoyan a ICV, al PSOE o a IU, pero cuyo apoyo se busca desde una perspectiva más electoralista que de simpatía real (que no dudo que esos artistas lo sientan por quienes apoyan, sino que dudo de la honestidad de quien recaba los apoyos). También porque es un partido que nace con los ojos puestos en las elecciones (por más que quiera «activistas») y no en construir un partido sólido, ideológicamente fuerte, e institucionalmente armado (y asambleario), es una plataforma para ganar escaños. Otra más.

En fin, veremos cómo se desarrolla el tema, tal vez todos mis prejuicios y juicios precipitados (lo que he soltado en esta entrada) se demuestren falsos…

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