¿Han escuchado o leído al obispo de Córdoba, Demetrio Fernández González? De su homilía del pasado 26 de diciembre (publicada el 30):
«El “ministro” de la familia en el gobierno del Papa, el cardenal Antonelli, me comentaba hace pocos días en Zaragoza que la Unesco tiene programado para los próximos 20 años hacer que la mitad de la población mundial sea homosexual. Para eso, a través de distintos programas, irá implantando la ideología de género, que ya está presente en nuestras escuelas.»
Leo y releo toda la declaración y es que no hay por dónde cogerla la verdad. No sé si comenzar hablando sobre la parida que acaba de soltar sobre la Unesco (y la evidente ignorancia sobre los planes y proyectos de la misma), sobre la profunda ignorancia y desinformación sobre la homosexualidad (y eso que entre los prelados hay bastantes) o sobre el desconocimiento profundo sobre las teorías de género (y hasta su implantación en la educación española).
No voy a entrar, desde luego, en el integrismo absolutista del hombre de la sotana, no merece la pena (pero me hace gracia eso de «[n]o pretendemos imponer a nadie nuestra visión de la vida y de la familia, pero pedimos que se respete la visión que hemos recibido de Dios y que está inscrita en la naturaleza humana», o sea, lo mío es lo absolutamente verdadero, lo tuyo puro ataque a lo mío, pero yo no quiero imponerte nada, eh, que lo sepas, sólo denuncio tu macabro plan, aunque el mismo no exista, yo estoy del lado de la Verdad, con V mayúscula), pero sí me aterra lo demás, que una persona importante (ni más ni menos que el obispo de Córdoba), que tiene muchos seguidores (aunque por suerte la jerarquía católica va por un lado que no es seguido por todas las bases) piense que se puede «hacer que la mitad de la población mundial sea homosexual». ¿Cómo? ¿Con qué fin? Al igual que a un homosexual no se le puede «convertir» en heterosexual, a un heterosexual no se le puede convertir en homosexual (lo que no gusta no gusta).
La Unesco lo que quiere es que no se discrimine a nadie por su orientación sexual. Algo que la jerarquía católica debería entender, al igual que ahora más o menos entienden que el hombre y la mujer son iguales (y digo más o menos porque las mujeres dentro de la Iglesia siguen fuertemente discriminadas), pero les ha costado una eternidad y media (por más que otro mandamás de la Iglesia ahora suelte alguna que otra burrada sobre la violencia machista que no corresponde con la realidad histórica, habida cuenta que la Iglesia toleró el tratamiento distinto a hombres y mujeres y que las mujeres, sumisas al hombre, pudieran ser golpeadas por sus maridos), ahora deben aprender que todos somos iguales independientemente de si nos gustan personas de nuestro mismo sexo o del sexo contrario (o complementario, como se prefiera decir).
La Unesco difícilmente se puede calificar como una organización anti-religiosa, así que es poco probable que tenga un «plan contra Dios» o algo así. ¿Qué objetivo se perseguiría «haciendo homosexual» a la mitad de la población del mundo? Porque homosexuales cristianos hay muchos (incluso un buen puñado son sacerdotes), así que difícilmente podría servir como un extraño plan para acabar con el catolicismo, por ejemplo…
Desinforma el prelado de Córdoba:
«Es decir, según la ideología de género, uno no nacería varón o mujer, sino que lo elige según su capricho, y podrá cambiar de sexo cuando quiera según su antojo. He aquí el último “logro” de una cultura que quiere romper totalmente con Dios, con Dios creador, que ha fijado en nuestra naturaleza la distinción del varón y de la mujer.»
Realmente este sujeto no conoce nada sobre los estudios de género, pero nada de nada. Ninguna teoría niega diferencias biológicas, sino que ponen el acento en que las distinciones sociales creadas en torno a los sexos, esto es, los roles otorgados por la sociedad según el sexo biológico, que representa una serie de diferencias y discriminaciones (en sociedades como las judeocristianas, siempre a favor del hombre). En el Panhispánico, por ejemplo, recogen lo siguiente para explicar este concepto:
«Así pues, en la teoría feminista, mientras con la voz sexo se designa una categoría meramente orgánica, biológica, con el término género se alude a una categoría sociocultural que implica diferencias o desigualdades de índole social, económica, política, laboral, etc. Es en este sentido en el que cabe interpretar expresiones como estudios de género, discriminación de género, violencia de género, etc. Dentro del ámbito específico de los estudios sociológicos, esta distinción puede resultar útil e, incluso, necesaria.»
Dicho de otra forma, evidentemente hay hombres y mujeres, pero es un tema de género que las mujeres dentro de la Iglesia no puedan ser Sacerdotes u Obispos, es una construcción social-cultural-histórica (no son «naturales»» esas profesiones sacramentales, no están tampoco vinculadas con la biología más allá, si eso, de la distinción cultural e histórica construida, que es justamente a lo que van los estudios de género). (Aunque el mundo de los estudios de género es bastante amplio y realmente estoy eligiendo los constructivistas sociales para explicarlo…)
Realmente no me puedo imaginar más confusión y desinformación en tan pocas letras sobre estos temas, pero en la exposición laten no solo una serie de prejuicios (entre ellos el que todo este tema de la igualdad es un «ataque» a la familia, ¿cómo puede ser un ataque a la familia cumplir con esa máxima cristiana de todos somos hermanos e iguales ante Dios?), confunde orientación sexual con cambio de sexo (no, la orientación sexual y la identidad sexual no son lo mismo, una persona transexual puede ser homosexual, bisexual o heterosexual, igual que una no transexual), como cuando se confunde travestismo con homosexualidad (error harto común entre los que no ven más allá de sus propias y preconcebidas ideas, basadas en estereotipos que si tienen algo que ver con la realidad es pura coincidencia), en fin, todo mezclado de mala forma para presentarlo como un plan para acabar con la Humanidad y con Dios Todopoderoso.
Además, al margen de que haya muchos investigadores sociales ateos que afirmen ciertas determinadas teorías, éstas (las vinculadas con el género) no buscan «romper totalmente con Dios», y esa afirmación naturalista de la clara distinción entre «varón» y «mujer» no es tampoco compartida por toda la Iglesia (no son pocas las voces que claman, desde dentro de la Iglesia, por la igualdad efectiva entre los miembros de la misma, que la mujer pueda acceder a puestos ahora vetados y que los homosexuales y demás sean aceptados como iguales y no como disminuidos morales).
Con esto no quiero decir que el señor Fernández González no pueda decir su opinión de estos temas, o que solo cabe estar a favor de los estudios constructivistas de género (en tanto que hay algunos biologistas que aceptan los roles sociales como manifiesto de las diferencias biológicas, esto es, acordes con el pensamiento Católico defendido por sujetos como el propio Fernández), lo que digo es que no mienta, que no fundamente su opinión en desinformación, que no «acuse» a un organismo como la Unesco de algo tan descabellado como «querer hacer homosexuales», más cuando no existen más pruebas de ello que la propia palabra de quien acusa (y todo de mano de terceros).
La Unesco busca el trato igual para todos, también mujeres, homosexuales (independientemente de su sexo), y demás, en otras palabras, busca lo mismo que proclama la Iglesia: Todos somos iguales. Que el señor Fernández quiera mantener un discurso intolerante y una paranoia persecutoria (y de ahí su postura victimista) es cosa suya es cosa suya, pero al menos que base sus opiniones en información correcta o verificable.
Magnifico el articulo de este señor, el Obispo de Córdoba acaba de quedar a la altura de una zapatilla, qué verguenza me da este obispo, como se pueden decir esas majaderías que no se las cree ni él mismo y que utilicen esas artimañas para atacar a personas homosexuales que él sabe que en su Santisima Iglesia si que hay mas de un 50%.
[…] sabe este señor de los planes de la Unesco o sobre la homosexualidad, pero se manifiesta como un ignorante en los estudios de género. Sin embargo, conocemos algunas de las prácticas que la jerarquía eclesiástica ha ido ocultando […]
juan pablo primero era el papa que la iglesia necesitaba pero vivio 33 dias ¡que casualidad!
El Señor fue perseguido, ese es el camino, ojala todos los obispo fueran como este buen hombre, que es calumniado, perseguido por decir lo que piensa y eso que vivimos en un país libre jajajajaja libre. Lo dicho, este hombre está siendo muy perseguido y eso es bueno, usted señor obispo me entiende, que el Señor le bendiga, ojala todos los obispo de España tuvieran ese coraje y ese valor de al pan y al vino vino