«Sólo se puede salir de la crisis trabajando más y ganando menos», Díaz Ferrán, jefe de la CEOE
Lo leí, lo escuché, y sigo sin entender cómo puede soltar esa burrada así, sin anestesiar al personal ni nada, que ese día no hubo evento deportivo o noticia más importante que tapara sus gritos. Pero no, al parecer no solo lo dijo, lo quería decir, y lo mantuvo, sino que quería que el resto lo tuviéramos en cuenta. Y esto lo suelta alguien que ha quebrado empresas incluso incurriendo en largos impagos a la Seguridad Social (con lo que tenía un factor trabajo más barato que su competencia local) o directamente no pagando a sus asalariados (y eso que lo garantizaba «personalmente»). No es el primero que lo dice, y como todos los otros anteriores, está en la otra orilla que nosotros, los asalariados.
Díaz Ferrán se queja de que en España se trabaja poco (un promedio de 38 horas a la semana, el límite legal es de 40, luego los convenios dicen lo que les da la gana), que hay que trabajar más pero ganar menos (vamos, el ideal de todo trabajador: Echar más horas y cobrar menos a final de mes).
El problema de España es más bien productivo (con esta crisis la productividad hombre-hora ha mejorado, esto se debe a que la mayoría de empleo destruido es del menos productivo en esa relación), no que se trabajen más o menos horas, incluso pasa en gran medida por la mala organización de las empresas que hacen que se pierda demasiado tiempo, o con horarios que hacen menos productivos a los trabajadores (está más que demostrado que el horario partido y de la forma en que se hace en España afecta negativamente a la productividad, que las horas por la tarde no se aprovechan), además existe un problema de «presentismo», esto es, en vez de permitir que se trabaje por objetivos (allá en los puestos que se puede) se exigen «horas de oficina» y parece que todo mundo debe salir después del jefe o siempre tarde (sin pagar las horas extras, algo completamente habitual, por ello dudo mucho que realmente se trabaje en promedio 38 horas a la semana).
Pero vamos más lejos. El empresario adquiere un tiempo para usar y transformar la fuerza de trabajo que poseemos las personas, pero es él, en su labor de organización y dirección de todo el capital de la empresa (desde el físico hasta el humano) quien debe propiciar el mejor uso. Si el mejor uso es echar más horas, esa persona debe de dejar de dirigir empresas.
Si no se saca el jugo a los trabajadores (más de lo que ya se hace, optimizando su trabajo si se prefiere) es única responsabilidad del empresario, no del asalariado, con lo que a este no se le puede exigir más horas para cubrir las faltas de quien organiza y dispone su trabajo y los medios con los que los lleva a cabo (salvo que el único fin que persiga Díaz Ferrán sea que los empresarios saquen más plusvalía del trabajo de sus asalariados, algo que no descarto, esto es, ganar más al final del mes).
Lo voy a decir de otra forma: Otro de los problemas en España es la falta de inversión en I+D+i, y de inversión tecnológica en general, no es raro ver que se sigan haciendo las cosas como «tradicionalmente» se han hecho (la minería actual es un ejemplo), o con métodos ya desfasados, por no hablar de las veces en que no se incorporan nuevos procesos productivos, si la única forma para mejorar la «productividad» de un trabajador es que este eche más horas sin cobrar, en realidad se está empeorando la productividad (o manteniendo), aunque se saque más producto, la relación del tiempo empleado en realizar el trabajo con respecto al producto final sigue siendo la misma.
La estrategia que propone Díaz Ferrán, el hombre del futuro incierto, es la de competir en costes, y a falta de poder ajustar o mejorar otros, ataca al coste del factor trabajo (que encima siempre está por debajo de lo que realmente vale, la plusvalía está más que explicada).
España no puede competir en costes, tienen que ir, las empresas españolas en general, o por estrategias mixtas o por estrategias de diferenciación, lo contrario es un suicidio, no existe suficiente materia prima en la mayoría de productos como para competir en costes y siempre habrá países con mano de obra semiesclava (y las industrias y fábricas van saltando de un país a otro según lo que les viene bien, así que no es una estrategia, además, sostenible).
Miren Alemania: Tiene un mayor coste (con mucha pero que mucha diferencia) que España (a pesar de las reducciones de salarios que se están haciendo en algunas compañías) y aun así es un país en general infinitamente más productivo y competitivo que España.
No olvidemos que en España, dentro de los países del entorno, ya tiene un factor trabajo más barato que el resto (y la base de la población es de mileurista para abajo, esto es, menos que el sueldo mínimo de muchos países que son más competitivos que España).
En momentos de crisis como la actual debe primar el reparto del trabajo (que es casi lo único bueno que incluye la reforma del decretazo -aunque verán lo poco que se aplica-), no lo contrario, que finalmente es lo que propone el jefe de la CEOE.
Hablando de crisis, apostar por trabajar más (¿en qué trabajos si están despidiendo a la gente?) ganando menos también es una forma de contraer el consumo interno y dejarlo todo a un externo donde hoy por hoy España pierde, además de permitir que la desigualdad crezca aun más con todos los problemas que acarrea. Peor imposible.