Dina Boluarte, presidenta del Perú entre diciembre de 2022 y octubre de 2025 (en Nuevo Trópico pueden leer mi artículo sobre su vacancia), ha firmado una columna de opinión en Infobae, haciendo un recorrido sobre su mandato… esperen, a Marco Sifuentes le saltaron las IAlarmas (perdonen la bobada) y ha comprobado, con distintos programas dedicados a estos menesteres, que lo más probable es que sea una columna escrita por una Inteligencia Artificial Generativa. A continuación incrusto en vídeo y pongo el enlace a «AMPAY: ¿ChatGPT le escribió la columna a Dina? – LA ENCERRONA» (el tema comienza en el minuto 29):
Que una persona dedicada a la política use inteligencia artificial generativa para crear sus discursos tiene un doble problema: por un lado, es un insulto a todo un sistema sustentado en gente que sabe de comunicación y, por otro lado, una clara muestra de incapacidad absoluta. Es, quizá, peor que el plagio.
Es imposible defender ante el alumnado que no se debe usar una herramienta como ChatGPT para hacer las tareas (los deberes, trabajos de clase y demás) cuando la propia expresidenta lo usa para hacer una columna de opinión.
Es imposible defender que una columna de opinión (¡donde lo importante es la opinión personal!) te la redacte un sistema automatizado que se basa en porcentajes de uso. (También es imposible defender el plagio en las columnas de opinión y hemos tenido sonados casos de esto mismo).
Dina Boluarte, en un artículo reivindicativo de su propia figura, es incapaz de escribir ni media línea sobre ella misma, es incapaz de transmitir nada auténtico ni cuando tiene el tiempo para desarrollar un puñado de párrafos.
Lo peor de esto es pensar que ni siquiera fue Boluarte, la expresidenta del Perú, quien ha hecho uso de la IA generativa, que quizá la columna se la mandó a hacer a una persona colaboradora, quizá a la misma que lleva tiempo escribiendo sus infumables discursos (que ella, además, leía mal), o a cualquier otra colaboradora, y fue esta la que decidió hacer uso de la IA.
Esto lo hemos visto en plagios de discursos; la gente en política u otros ámbitos no se suele escribir sus propios discursos (pueden participar más o menos, pero el texto no es suyo), es lógico, no están ahí por sus dotes de escritoras (sí por su carisma, capacidad de gestión, contactos, dinero o lo que sea), cuando se les pilla en un plagio, normalmente echan la culpa a esa asesora que tenía el encargo y por pereza, incapacidad o exceso de trabajo (o las tres cosas) recurrió al Control C y Control V; es posible que esta columna de opinión tenga el mismo origen: un encargo a alguien que recurrió a la IA.
Pero lo de los discursos y otras cosas medio lo podemos entender, en el fondo, una persona en política es la cara pública de un equipo, no es esa persona en soledad, así que todo «se supone» viene de ese equipo que le apoya; tiene su responsabilidad, claro, pero es diferente; una columna de opinión es algo necesariamente personal (como son estas líneas), algo que debe tener tu impronta en cada letra y ya lo corregirá otra persona (sería ideal que las personas editoras hicieran una revisión real de los textos y aconsejaran tal o cual cambio antes de publicar lo que les llega, pero sabemos que no se hace, menos cuando una expresidenta te manda un texto, no le cambias ni la coma mal puesta que separa criminalmente el sujeto del predicado), pero Boluarte, demostrando su incapacidad absoluta para ser incluso un ejemplo de expresidenta digna (aunque fuera tras un mandato indigno), ha publicado una columna reivindicando su papel escrito por una inteligencia artificial.
Terrible y triste la realidad en que estamos, terrible y triste el saber que esa persona comandó el Perú durante tres años (aunque, viendo lo que hizo y lo que dejó hacer, está claro que la mejor forma de defender su legado es dejándole la papa caliente a una IA generativa).
Un mal ejemplo hasta firmando una columna que no escribió para revindicar que fue una buena mandataria.