El Derecho, para ser útil, debe huir de fijarse en lo que formalmente se dice que algo es y entender las relaciones subyacentes para poder, con dichas relaciones, determinar la institución jurídica pertinente. Esto es especialmente significativo cuando estamos en ámbitos donde hay una diferencia de poder entre las partes bastante clara (por ejemplo, en las relaciones del Estado con una persona natural o en las relaciones de una gran empresa frente a una persona consumidora o, claro, entre una empresa y una persona trabajadora). Este tema es importante para, entre otras cosas, evitar abusos de derechos y evitar fraudes de ley (conseguir, mediante un negocio jurídico legal, algo que de base es ilegal).
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