Israel lleva muchos años tensando la cuerda de la región, atacando a diestro y siniestro a todos los países vecinos; cada vez que los focos se ponen en el genocidio que está llevando a cabo en Gaza, cada vez que bajan un poco las autoridades israelíes en el apoyo a su carnicería, se crea y ataca a un nuevo (y antiguo) enemigo del Estado de Israel. En esa escalada, Israel comenzó unos bombardeos contra Irán (objetivos teóricamente militares, pero con civiles de por medio, con autoridades y científicos), volando por los aires la negociación existente. Irán, a diferencia de otros países de la región, suele contestar. De forma contenida, pero dejando claro que no se amilana. Esta vez el ataque de Irán a Israel ha sido mayor, con más víctimas mortales, con más miedo en la población israelí, que de repente sienten lo que llevan lustros causando en carnes ajenas (y esto no justifica, en ningún caso, que sufran esos ataques). Es lo de siempre, cuando los ricos hacen la guerra, el pueblo es el que muere.
Estados Unidos, en vez de ayudar para bajar la tensión, la aumenta; y la Unión Europea más tibia de lo habitual. Estados Unidos, con un pirómano al volante, con ganas de distraer de sus errores a su propio pueblo, con ganas de generar un claro enemigo común para cohesionar sus propias filas y conseguir apoyos, y sabiendo que ese enemigo no puede ser el torturado pueblo palestino, se ha sumado a atacar a Irán. No solo lo ataca, si no que rápidamente saca pecho de los bombardeos que ha realizado y lo que, en teoría, ha destruido.
Hemos aumentado un grado, y bastante grande, el conflicto; se supera el marco regional y lo que es una guerra entre dos países (Israel e Irán) que llevaban en conflicto abierto y militar desde hace un año largo a lo que ya sería una guerra con la principal potencia del mundo actuando libremente.
Otra vez el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas muestra su inutilidad cuando cualquiera de los países con derecho a veto están directa o indirectamente implicados (y por ello el CS no actúan contra Israel nunca); ¿para esto Trump quería más gasto en la OTAN? ¿La OTAN sabía algo u otra vez EE. UU. va con una política de hechos consumados a donde sus socios?
Las reacciones internacionales, sobre todo del mundo «occidental», son dispares, desde países llamando a la desescalada y a la calma, ahí encontramos a Australia, Chile, China, Cuba, Egipto, Rusia, Venezuela y de forma más bien timorata, Francia, México, Nueva Zelanda, Portugal…
Mientras que otros países compran el argumento de EE. UU. (como ya pasó en el pasado con la invasión a Iraq), y aplauden el ataque, ya sea con mucho entuciasmo, como Argentina, o de forma un poco más matizada, como Bélgica, República Checa, Dinamarca, Reino Unido donde se insiste en que había que parar el programa nuclear iraní y que con esto se pueda reconducir la situación; parecidos a estos, está el otro grupo que quiere poner el problema en Irán (por su programa nuclear, que era lo que se negociaba) pero, a la vez, critican el ataque y piden bajar la «tensión» (no es tensión cuando tienes muertos sobre la mesa), ahí encontramos países como Canadá, Estonia y Alemania.
Otros, como Japón, no se mojan, aunque se muestran «preocupados».
Desde la ONU se pide «volver a las negociaciones»… ¿a qué negociaciones? En eso estaban cuando saltaron por los aires por los ataques israelíes.
Siempre se decía aquello de que Trump no había iniciado ningún conflicto internacional, de hecho, él siempre acusó a Biden y, antes, a Obama de no saber negociar y por eso entrar en guerras, bueno, ahora tenemos a Trump iniciando una guerra contra Irán.