Era el momento ideal que justificaba regular, de una vez, el sistema de voto por correo (o voto postal o voto por correspondencia) en Perú. Llevamos una vida esperando para ver la reglamentación para el voto postal de la ciudadanía que vive (vivimos) en el extranjero (posibilidad en principio recogida por el artículo 239 de la Ley Orgánica de Elecciones, Ley n.º 26859, pero sin reglamentación eso no sirve) y, de paso, extenderlo para toda la población. De cara a estos comicios, sin dudas, un factor importante era (es) evitar lo máximo posible las aglomeraciones. Soy consciente del esfuerzo que se ha hecho para disminuir la cantidad de gente por colegio electoral (aumentándolos, entre otras medidas), pero eso no es suficiente. Máxime si el sistema obliga a votar.
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